Capítulo quince || 15

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El viejo.

No les voy a contar cómo mis hermanos y yo acabamos con más de treinta ladrones en menos de quince minutos, por tres simples razones: la narradora es medio inútil y no sabe describir bien con exactitud lo que hay en su raro cerebro. No creo qué les interese, y la última, fue como siempre, golpe, insulto y wow le rompí el cuello.

Qué bueno soy dando resúmenes, ¿sí o no?

Bueno, al punto, ahora estábamos en la sala de la cocina de la mansión, con varios tipos tirados alrededor, nosotros sentados en los sillones (toda mi familia) y la familia que vive aquí, ya los habían rescatado los chicos y Ocho, así que estábamos esperando a que venga el viejo y la familia pueda agradecerle. Creo que por el único motivo que Reginald acepto, es que la familia es de clase alta.

Bueno, obviamente también nos agradecieron a nosotros.

—No fue nada doña, créame que lo hacemos siempre —pronunció Klaus, con las manos llenas de galletas al igual que su boca, miró a la que creo es la ama de llaves—. Se pasó con las galletas, están —con su dedo índice y su pulgar juntos, los beso, tratando de decir que están exquisitas.

Gire los ojos con fastidio, que asco algunos trozos caen en el suelo o en su uniforme, ¿qué no sabe comer decentemente? Lo mire de la manera más juzgana del mundo, para que entendiera que parecía un animal, pero el imbél ni se dio cuenta.

—Tú no hiciste nada —corrigió ____, Diego asintió, con una mirada reprochante—. Estabas de adorno.

—Un adorno no muy lindo a mi parecer. —continúe, sarcástico.

—Chicos, debemos comportarnos. —hablo entre dientes Luther, haciéndonos recordar la presencia de los tipos esos.

Me importa mierda y media que ellos estén aquí, pero supongo que ni estaría mal guardar apariencias con personas tan "importantes" que merezcan que mi padre reciba su agradecimiento.

—Lo siento, es que a mis hermanos y a mí nos encanta bromear —sonrió ____ hacia los señores, esa era una sonrisa falsa, pero Diablos si no la conociera diría que era la sonrisa más dulce del mundo. Me miró a mí—¿No es así Cinco? —cuestiono "enérgica"

Quiere irse, lo sé por como voltea varias veces a ver a la puerta, quiere que el viejo venga, le agradezcan y irse.

—No soy tu hermano. —zanjé, fastidiado.

Ella siguió con su sonrisa, solo que ahora soltó una pequeña risa, como si hubiera dicho algo gracioso.

—Claro que lo eres tonto —me codio más fuerte de lo que podía parecer, la miré ofendido.

Estaba al lado mío, (eso es mucha suerte), al lado de ella está el imbécil de Kluas, y ajá.

—Sabes qué no me gusta que me llames así. —le reclame en un susurro, cruzándome de brazos.

¿Es qué ella no entendía? Le dije mil veces que no me llame así, podía llamarme hasta idiota y eso hasta me gustaba ¿oyeron su tono de voz cuando maldice? Se oye tan bien, lo dice en un tono el que pareciera casi culpable por decir eso. En fin, el punto aquí es que detesto que me llame así. ¿Me ve cómo a un maldito hermano? Yo no quiero ser su hermano.

—¿En que te afecta? —indagó, en un tono de voz casi casi indiferente.

Levante ambas cejas, vaya, vaya una papaya. Se está revelando.

Aunque ahora que lo pienso... ¡¿Qué carajos le iba a responder a eso?! Ni yo tenía muy claro el porqué odiaba que me diga así, pero vamos, no puede hacerme esa pregunta, me esta metiendo en un aprieto con eso.

𝗟𝗮 𝗖𝗵𝗶𝗰𝗮 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 [𝙴𝚗 𝙿𝚛𝚘𝚌𝚎𝚜𝚘] ᶜⁱⁿᶜᵒ ʰᵃʳᵍʳᵉᵉᵛᵉˢ ʸ ᵗᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora