CINCO.
—¿Ese es tú plan? ¿En serio? Además, jamás lo acepte como para que armadas uno. —Lo miro, con los brazos cruzados y una mirada seria.
He estado la última media hora escuchando a Klaus (no pregunten porqué, porque deben saberlo muy bien). Y si su memoria es tan mala como mi conciencia échenle una miradita al capítulo anterior, no sean unas ineptas.
—No lo admites, pero lo sabes Cinco... además, no sabes nada de niñas —se cruza de brazos, mirándome con obviedad, me palmeo la mejilla tipo: tranquila, pobre y desdichada criatura y volvió a hablar con una sonrisa en sus labios—: Por eso te estoy ayudando... ¿no soy genial?
Levante una ceja, mirándolo incrédulo.
—Claro, porque tú debes saber más de niñas... ¿Qué no eras gay? —lo miro, aún cruzado de brazos y con una expresión de entre seriedad e incredulidad por sus palabras.
Él se vio ofendido por eso.
—¡No! ¿Quien te dijo qué era gay? —me mira bastante indignado, luego se aclara la garganta y vuelve a sonreír de manera despreocupada—. Soy pansexual. —Corrigió, palmendo mi hombro, como si hubiera mucha diferencia.
—Me importa una mierda tu sexualidad Klaus, aunque te atraiga una tortuga no quita qué seas un completo idiota con niñas. ¿Has tenido novia siquiera? —ataque, ante su estupidez.
—¿Tú? —me quedé callado con eso... Diablos, era verdad... pero tampoco debía dejar que me humillara el tipo que inhara el azúcar de las galletas...
—Pero porque no quiero, tú no tienes opción. —Me burlo, arrogantemente.
Soltero porque quiero y tú por feosqui...
¿Qué? Estás más raro cada día.
—No, porque la chica que te gusta no te hace caso —me volvió a callar el muy maldito—. Pero tranquilo... como dije te estoy ayudando con esto, sólo aplica lo de mis consejos y listo... eso sí, en la boda seré el padrino. —Guiña el ojo, muy seguro.
Giro los ojos ante eso... ya quisiera él ser el padrino de mi boda.
—No usare tus estúpidos consejos, si quiero algo lo consigo yo mismo, así sea a Ocho. —Le contesto con algo de brusquedad, mi paciencia era más corta que la altura de Ocho. Luego de decir eso sin dejar que me detenga esta vez, salgo de la apestosa habitación de Klaus, olía a cigarro y a pedos... muy mala combinación para mi gusto.
Ridículo, y encima sus consejos estuvieron todos feos... apuesto a que los saco de una fea película.
***
Ahora qué estaba haciendo... pues nada, estaba observando a Ocho mientras conversaba con Allison. Estábamos en el aula de clases (segunda habitación del infierno según mis hermanos). Y ahora nos encontrábamos todos esperando a que Pogo venga a darnos las benditas clases.
Ella estaba sentada tranquilamente en su silla, junto a Allison que estaba sentada en su pupitre, hablándole de Dios sabrá que cosa pero ella prestaba atención... amaba eso, es decir, la condenada le prestaba tanta atención a alguien, quien sea aunque le cuente que le duele el estomago y quiere cagar. Era un gesto lindo el que hacía siempre.
Y como Dios manda, yo estaba de acosador observándola... esta vez llevaba el cabello suelto, no en una coleta alta como acostumbraba. Muy probablemente haya intentado hacerla varias veces y como no le salió como ella quería se dejó el cabello suelto.
Estaba tan hundido mirándola que no me dí cuenta de cuando ella volteo a mirarme también, casi tan rapido como el Rayo McQueen desvíe la mirada, fingiendo mirar mis uñas o tratar de sacar una mugre inexistente de una de ellas... sentía su mirada y sólo puedo preguntarme: ¿y ahora qué hago? Ya estoy nervioso, Santo cielo que estás en el Padre... no, espera era al revés.
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𝗟𝗮 𝗖𝗵𝗶𝗰𝗮 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 [𝙴𝚗 𝙿𝚛𝚘𝚌𝚎𝚜𝚘] ᶜⁱⁿᶜᵒ ʰᵃʳᵍʳᵉᵉᵛᵉˢ ʸ ᵗᵘ
FanfictionEnamorarme de la torpe chica a la que se supone debía hacer huir de aquí no fue tan mala idea... ¿verdad?