Capítulo 10

31 5 17
                                    

Holi, voy a tratar de subir de forma seguida capítulos cortos de forma para terminar rápido con la historia... :3

Enjoy

~•~•~•~

— ¡Star está en graves problemas, su prometido la está envenenando! —exclamó Janna— Por favor, tienes que ayudarnos a descubrir cuál veneno le están suministrando y sacarnos de aquí, cada minuto que pasa la acerca más a su muerte
— Está bien, solo necesito tener en mís manos algo que contenga el veneno...
— ¡Janna los panecillos! —sugirió Marco mientras desataba las cuerdas de Moon

Tom no había podido quemarlas como las de Janna porque ninguno de ellos era inmune al fuego como ella. La chica se metió las manos en los bolsillos y sacó algunos trozos y migajas de pan que me tendió al demonio. Él las recibió y se las acercó a su naríz, inhaló profundamente y sus ojos volvieron a tornarse de un color rojo, se veía aterrador, el Rey del Inframundo en su máximo esplendor pero a Janna solo le pareció que se veía increíblemente bien.

— Es un veneno común de la dimensión de Zed Gray, puedo erradicarlo del sistema de Star, solo necesito conseguir un par de ingredientes del Inframundo —informó Tom incinerando los panecillos luego de su inspección— Mientras tanto, ustedes tienen que salir de aquí y encontrar la manera de llegar a Star y alejarla cuánto antes de Zed antes de que le pase algo más grave...
— Puedo transportarnos desde aquí hasta el palacio, conozco algunos pasajes secretos que nos ayudarán a llegar a la habitación de Star sin que nos vean —comentó Moon y ayudó a su esposo a ponerse de pie
— No permitiremos que ese idiota siga dañando a nuestra pequeña —secundó River y miró a su esposa con determinación
— Zed Gray se arrepentirá de haberse metido con Star, lo haremos pagar por todo lo que ha causado —sentenció Marco

En otra parte

Star descubrió que si mantenía la vista fija en un punto, podía mantener a raya sus mareos, también se dió cuenta de que si caminaba despacio, sus piernas tendían a fallarle menos, así que con un poco de paciencia y sin mirar a su alrededor, podría realizar su trayecto hasta el altar sin ayuda como se esperaba de ella, una Reina sana y fuerte, en la cúspide de la juventud.

Exhaló un sollozo y se obligó a mantener la compostura. Iba a morir pronto, lo sentía en cada respiración pero aún tenía un papel que cumplir, se casaría con Zed y luego éste la dejaría ir a rescatarlos a las minas que estaban en el bosque, después de eso podía morirse tranquilamente, con suerte, quizás moriría en los brazos de Marco y, tal vez, hasta podría decirle cuánto lo amaba una última vez. Su corazón dió un vuelco ante la perspectiva pero en vez de seguir latiendo con frenesí, volvió a sumirse en un compás lente y cansado.

La marcha nupcial empezó a sonar con solemnidad y una lágrima rodó por su mejilla, el sonido le estaba destrozando los tímpanos y su cabeza parecía que fuera a estallar en cualquier momento pero se obligó a sonreír, apartó la lágrima y comenzó a caminar a través del largo pasillo que llevaba hacia el altar. A cada lado sus invitados le sonreían y aplaudían encantados sin darse cuenta que ella estaba al borde de la muerte y a punto de entregar egoístamente el bienestar de su dimensión a un desquiciado. Ella no tenía más opción. Su familia dependía de su sacrificio.

En otra parte

Moon había extendido las manos y Marco junto a River se aferraron a ellas, solo faltaba Janna por unirse y así transportarse juntos al palacio pero Tom la atajó antes de que pudiera irse con ellos. La chica los vio desaparecer y se giró para ver con desconcierto al demonio.

— ¡Tom, debía ir con ellos!
— Podrás ir en un momento —prometió él mientras metía la mano en el bolsillo de sus pantalones, y le revelaba una sencilla pulsera de cuerina negra que estaba adornada con una única piedra de color blanco. Para sorpresa de Janna, el chico  la ató en su mano izquierda y se pinchó el dedo índice del cuál brotó una gota de sangre que cayó sobre la piedra y la absorbió tornándose de un intenso carmesí
— ¿Qué es esto? —preguntó Janna observando un ligero pulso de color que emanaba la piedra de su pulsera, apenas perceptible
— Es un sifón, y está vinculado a mí. Con él podrás acceder a toda mí energía y mis poderes aunque yo no esté contigo. Te doy la libertad de tomar de mí lo que necesites para que jamás, vuelva a suceder lo de hoy... Mientras yo viva, no volverás a estar indefensa
— Tom... —fue lo único que pudo decir Janna, se había quedado sin palabras pero estaba llena de otras emociones cada una igual de intensas, la gratitud la embargaba, la sorpresa, la energía, el ¿amor? Tragó saliva con fuerza y se sonrojó delicadamente, si ella estaba pensando en amor cuando veía a Tom, estaba jodidamente perdida
— Debemos irnos ahora, Star nos necesita... —apremió Tom ignorando toda la diatriba de emociones que sentía la chica
— Sí, tienes toda la razón... —expresó Janna sacudiendo la cabeza, alejando cualquier pensamiento relacionado al chico que provocaba su desconcentración, exhaló un suspiro y tomó la mano que él le tendía, sus dedos se entrelazaron y ella sintió una corriente recorrer su brazo y bajar por su columna, ¿esto era provocado por el sifón o por tocarlo? Se mordió el labio, sabiendo en su interior la respuesta y entendiendo que a estas alturas ya no había vuelta atrás— Por todos los infiernos...

¡Yo me Opongo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora