5: Un día de luna llena

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Al inicio, Merlina había pensado que Tyler padecía una especie de trastorno de personalidad disociativo. A veces cuando despertaba, no era más que el barista del café: amable, sarcástico y ciertamente... dulce; en otras ocasiones era frío, cruel e irritante. Lamentaba no haber investigado su pasado antes, era un error de novata imperdonable y daría lo que fuera por poder hojear el expediente de la Dra. Kinbott sobre él, pero no le quedaba más remedio que atenerse a sus propias anotaciones.

Descartó su primera hipótesis ya que sin importar la personalidad que mostrará era consciente de sus actos. La madre de Tyler había presentado un trastorno similar y si se remitía hasta la literatura el Dr. Jekyll presentaba el mismo patrón. El Hyde no era más que un encarnación de todo lo repulsivo que podía contener un humano: cruel, amoral, insensible. Ninguna de esas características realmente le molestaba más que el hecho de haber sido engañada.

Tampoco conocía a Tyler antes de ser un Hyde, pero si se basaba en el criterio de Xavier (el cual consideraba poco fiable), era un normie idiota, abusador y con problemas de control de ira. En conclusión: no lo conocía  y empezaba a pensar que ni él mismo podía decir ciertamente como era.

Aquello suponía un inconveniente por una sencilla razón: Tyler había sufrido un lavado de cerebro y sin una personalidad a la cual regresar, reprogramarlo sería muy complicado. ¿Qué pensamientos eran de él y cuales de Laurel Gates? Esa era su gran incógnita.

Tal ves podría realizar una lobotomía y ahorrarse el resto de molestias.

Merlina alargó la última nota de la melodía hasta que se difuminó con los sonidos de la noche. Meticulosamente guardo las partituras y el chelo en su estuche y comenzó a descender hasta el sótano.

En aquellos días, Merlina no era la única que estaba sacando sus propias conclusiones. Tyler había hecho lo mismo con cada miembro de la familia. Las tuberías llevaban hasta él un eco distorsionado de la pieza que Merlina estaba tocando, la había escuchado en otras ocasiones y sabía que la chica llegaría especialmente melancólica esa noche. Serían alrededor de las diez de la noche, le administraría lo que sea que le ponía y luego se marcharía. Los días que estaba más animada y tocaba piezas más dramáticas, Merlina solía interrogarlo, pasaba algunos minutos con él y eventualmente uno de los dos terminaba enojado, lo que desencadenaba una serie de torturas. Ya que aquella noche lo habían colocado en el potro, agradecía que ella no estuviera de humor para jugar.

Pericles le había cogido confianza rápidamente. El chico adoraba a su hermana y Tyler pudo conocer las diferentes maneras en las que Merlina lo había defendido. Debía reconocer que se sentía fatal al saber que él fácilmente hubiera hecho lo mismo que los abusadores de la escuela y casi se sentía mal por los planes que comenzaba a formular para su escape.

-Tienes que ser más inteligente que ellos, Pericles. Si soportas todo lo que hacen, nada cambiará; y si los enfrentas directamente solo conseguirás que todo empeore.

El niño lo miraba atentamente, asintiendo ligeramente con su cabeza.

-No lo escuches. Sabe que eres el más débil e intentara manipularte -la voz de Merlina cortó el aire y antes de poder verla, sintió una descarga eléctrica en todo su cuerpo.

-¡Hermana!

-Sabes que tengo razón -dijo Tyler jadeando.

-Es una posibilidad, considerando que antes eras tú quien se encargaba de torturar marginados.

-Eso no puede ser verdad. Tyler no se parece en nada a Dalton. -Merlina cruzó sus brazos y miró expectante a Tyler -¡Oh! -dijo Pericles con la decepción tallada en su rostro.

El Psíquico #Wyler  Saga: Mundo Oscuro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora