VI. En la heladeria

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Viernes 3 de Octubre por la tarde.

- ¡Una más! ¡Una más! - Chillan Lalu y Joel.

Se ve que son muy fanáticos de las pelis de terror.

- ¡No por favor...! - Suplico.

- Venga va. Pobrecilla. Esta cagada. - Se burla de mi Nico.

Lo miro mal y se calla.

- ¡Ey! No te metas con ella, Johansson! - Lo amenaza, defendiéndome, Amber.

- Si va dejémoslo. - Coincide conmigo Aida. - Ya son demasiadas pelis por hoy... Tengo el culo cuadrado' - Sigue Aida levantándose y guardando su USB.

A saber la de cantidad de cosas que debe haber ahí dentro...

- Entonces... Que quieres hacer Watson? - Me pregunta Lalu.

Me encojo de hombros.

Algunos resoplan.

Aida vuelve a sentarse y yo me pongo los zapatos.

Silencio.

- ¡¡Sabéis que no se estar sin hacer nada!! - Exclama Joel levantándose. - Os invito a unos helados.

Los demás nos levantamos todos a la vez y sonreímos. Joel también sonríe satisfecho.

♦♦♦

Hacemos turnos para entrar en los dos únicos baños de la casa. Y luego ya estamos listos para salir.

Suerte que me libre de tener que ver otra horripilante peli de esas.

Joel y Lalu van delante guiándonos hasta la heladería. Detrás de ellos vamos Amber, Aida y yo y los de más atrás son los dos idiotas que quedan.

Caminamos mientras charlamos cada uno de un tema distinto.

En un momento dado me giro para observar a los dos chicos y pillo a Nico mirándome el trasero.

¡Sera...!

- ¡¡¡Pervertido!!! ¿No puedes mirar otra cosa que no sea mi culo? - Le digo fríamente parándome en medio de la calle.

- Tranquila... No hace falta que te pongas así, mujer. - Nico levanta ambas manos en modo de rendición.

Los demás también se han parado. Amber se me acerca y me susurra.

- Tranquila fiera. Con este par puedes ir acostumbrándote.

Hago morros y me cruzo de brazos como una cría pequeña.

- Anda... - Les dice Amber ahora a los dos chicos. - Id por delante de nosotros.

- Okay muñeca... okay...

- Nico sabes que odio que me llames muñeca. - Lo interrumpe con el ceño fruncido.

Seguimos caminando. Esta vez sin articular palabra.

Es gracioso observar a los chicos andar, ambos siguen la moda de ir con los pantalones caídos y llevar camisetas largas.

- ¿Estos dos siempre son así? - Les pregunto tanto a Aida como a Amber bajito para que no me escuche el resto.

Ambas asienten.

Suspiro.

Hemos llegado a una calle un poco más estrecha, ahora es todo peatonal.

Joel y Lalu se paran en seco y los dos chicos que van detrás de ellos tropiezan al no verlos.

- ¡Joer tíos! - Exclama Nico molesto al perder el equilibrio y volviendo a recuperarlo.

NO quiero un para SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora