V. Pelis de terror

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Viernes 3 de Octubre por la tarde.

Me he quedado dormida en el sofá, se ve que no soy la única, tengo a Adri tumbado a mi lado, pero, los demás no están.

Abro lentamente los ojos y aparto con una mueca de asco el brazo del chico que agarra mi cintura muy muy abajo, descaradamente abajo. Muy muy cerca de mi culo.

¡Pervertido...!

Camino descalza por la casa en busca del resto del grupo.

Oigo risas en el piso de arriba, subo.

Lalu y Joel están divirtiéndose en mi cuarto.

Aun suerte que van vestidos...

A saber la de cantidad de locuras que han hecho estos dos...

Bajo y decido no molestar a la pareja de enamorados.

Bajo a la planta baja, el sótano. Aun que no parezca un sótano.

Al llegar abajo en la sala principal esta Aida leyendo uno de mis libros favoritos; Tengo ganas de ti.

- ¿Donde están los demás? - Le pregunto mientras me siento a su lado asustándola.

- ¡Clara! Que susto me has dado...

Sonrío tímida.

- Lo siento. - Me disculpo.

- No importa. - Ríe. - La parejita está arriba, Adri estaba contigo y Amber y Nico están en ese despacho. - Me responde señalando mi sala de estudio.

Le doy las gracias y le sonrío una vez más.

Voy para allá y abro cautelosa la puerta.

A saber que estarán haciendo...

Nico está usando mi ordenador para chatear y hacer otras cosas que no sé. Amber... No sé qué está haciendo Amber. Lleva los auriculares puestos y tamborilea el ritmo de la música con los dedos en el suelo, donde está sentada y apoyada en la pared.

Ninguno de los dos capta mi presencia así que decido hacerles una pequeña bromilla.

- ¡BUUUUUH! - Exclamo asustándolos y abriendo la puerta del todo.

Ambos dan un bote asustados incluso la chica chilla y se le caen los auriculares, se levanta del suelo y se dirige hacia mí con la expresión seria.

Yo me río a carcajada suelta por sus expresiones de terror.

- Como vuelvas a hacer eso... - Me amenaza señalándome con el dedo índice.

Nico me mira con mirada asesina.

Flipa con el miedito que da al hacer esa mirada.

Pero al dejar de reír los dos vuelven a sus posturas de antes y siguen con lo que estaban haciendo.

Me encojo de hombros y vuelvo a subir las escaleras sin siquiera llamar la atención de Aida, que sigue leyendo.

Adri ya se ha despertado y esta con la espalda curvada mirando al vacío sin ningún tipo de expresión.

Me siento a su lado y hago lo que él.

Pasamos así un rato. Me aburro. Me aburro mucho. Me aburro muchísimo.

- Me aburro. - Digo por fin rompiendo el silencio que inunda la casa.

Adri me mira aun sin expresión alguna.

- Yo también. - Responde simple y seco.

- ¡Ay...! Como se nota que te acabas de despertar.

Suspira y murmura algo incomprensible para mis oídos.

NO quiero un para SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora