Lunes 27 de Octubre por la mañana.
Clara PDV
La maldita alarma de mi celular empieza a sonar sobre mi mesita de noche.
AGH, ODIO MADRUGAR...
Estiro el brazo para apagarla cuando noto algo que me tiene inmovilizada. Abro los ojos y recuerdo que no estoy en mi habitación y que no he dormido sola.
- ¡Buenos días! - Adri aparece en la puerta con una enorme sonrisa que se va deteriorando en segundos al ver a su hermano en "mi" cama. - ¿Qué coño hace él aquí?
- Eso digo yo. - Alex aparece por detrás de mi mejor amigo y ruedo los ojos.
- Yo... Veréis... Ayer... - No sé como explicárselo. Entre nosotros no ha pasado nada. - No es lo que parece.
Me deshago del agarre de Toni. Cuando se metió en mi cama no contaba con esto. Pensé que no me tocaría.
- ¿Te ha tocado? - Me pregunta mi hermano alarmado al ver mi cara de asco cuando aparto a Antonio.
- No, tranquilo. Solo me abrazaba. Nada más. - Les aseguro.
- Entre vosotros...? - Pregunta esta vez Adri. Parece confundido y sorprendido a la vez.
- Entre nosotros no hay nada, no ha pasado nada. - Acabo su frase. - Ayer me enseño la terraza y lo de los peces de la piscina y cuando me acompaño aquí arriba se arropo conmigo y nos dormimos. No pasó nada.
- ¿Te enseño el proyector de la piscina? - Parecía muy pero que muy sorprendido.
- ¿Eso en bueno o malo? - Asentí tímida.
- Solo le enseñamos el proyector de mi abuelo a las personas de mucha confianza, sobre todo él. Para nosotros es algo muy especial ¿sabes?
- Vaya. - Estoy asombrada y confusa a la vez.
- ¿Tenéis un proyector en la piscina? Que pasada! - Exclama Alex. Lo ignoramos.
Miro al chico que duerme profundamente a mi lado y sonrío.
- Apresúrate o llegaremos tarde a clase. - Me recuerda Adri.
- Eso. - Comenta Alex desapareciendo de detrás del pelinegro.
- Sí. - Adri también desaparece.
Busco algo de ropa en el armario, casualmente es todo de mi talla. No es mi estilo pero me encanta.
Al final me decanto por unos jeans con estampado de camuflaje, una camiseta lisa gris y una tejana encima. No es muy llamativo ni provocador, es... Normal.
Encuentro una gorra del mismo estampado que los pantalones y después de peinarme y lavarme los dientes bajo a la cocina donde Adri y Alex me esperan para desayunar.
- ¿Que tal has dormido? - Me pregunta Alex con una ceja enarcada.
Hago su mismo gesto.
- No sé porque esa cara. He dormido bien, gracias. - Le respondo.
- A ver Alex, es Toni, ¿Cómo crees que habrá dormido? Pues genial. Está claro. - Adri parece... ¿Molesto?
- Que pesados. Que no ha pasado nada desconfiados de mierda. - Yo también empiezo a molestarme.
- De acuerdo, lo siento. - Se disculpa. - Es que no esperaba encontrarme a Toni contigo. Es cierto que se folla todo lo que se mueve pero... No sé. No esperaba que lo intentara contigo...
- Ey, Ey, Ey... Para el carro vaquero. - Suelto una risita. - No me he acostado con él, y no ha intentado nada. ¿Es que acaso no puedo dormir con un tío? Ayer me dormí contigo en el sofá y no pasó nada.
- Esta bien, está bien... - Dejamos el tema. - ¿Leche?
- No me gusta la leche. Desayuno yogures. - Cojo un croissant del plato de mi hermano y me siento en el mueble-bar con ellos.
- Oye, ese croissant es mío. - Aparta su plato en dirección contraria a mí. Supongo que para impedirme que le robe otro. Le saco la lengua a Alex.
- ¿Zumo? - Adri ignora nuestra tonta "discusión"
Se lo arrebato de las manos y me sirvo un vaso.
Acabamos de desayunar y subo a por mis cosas. Me pongo una chaqueta tejana y me coloco bien la gorra.
- ¿Ya te vas? - Toni se ha despertado.
- Sí. Gracias por enseñarme lo de ayer.
El hace una mueca y yo sonrío tímida.
- Ven. - Da unos golpecitos con la palma de la mano a su lado en el colchón.
Dejàvú.
Me acerco a él y me siento a su lado, obedeciendo su gesto.
Me mira fijamente. Le aguanto la mirada.
- ¿Qué? - Pregunto incomoda por el silencio y su azulada mirada.
- Nada, solo que... Me has caído bien. Eso es todo. - Se encoge de hombros y acerca su rostro al mío.
Mira mis labios y cuando creo que va a besarme deposita un tierno beso en mi mejilla, muy cerca de la comisura de mis labios.
Esperaba un piquito.
Sonrío sin saber qué hacer y me levanto de la cama, cojo mis cosas del suelo junto la puerta y salgo sin mirar atrás.
A bajo Adri y Alex ya me esperan.
- ¿Lista?
- Lista.
Salimos a la calle y una ráfaga de viento nos impacta en la cara.
Subimos a la moto de Adri, como aquella vez que me llevo a la playa.
- Clara yo me voy andando a casa. Mi dolor de cabeza es el peor que he tenido nunca. - Me informa Alex.
- Esta bien. - Me acomodo en el asiento del vehículo mientras le hago adiós con la mano.
Nos vamos derechitos al instituto.
El viaje no se hace largo, llegamos y me acompaña hasta la puerta, donde se encuentra a unos amigos suyos.
- Nos vemos luego. - Se despide de mi para quedarse un rato fuera antes de que suene el timbre, asiento y entro dirigiéndome a mi casillero.
Abro mi taquilla, llena de libros y mierdas variadas.
Llega el chico de al lado de mi taquilla, creo que va a mi clase, es rubio y bajito, tiene la taquilla también a reventar, parecida a la mía.
- ¡Adivinaaa quieenn soooy! - Unas frías manos me tapan los ojos, de modo que no me permiten ver una mierda.
- Emmm... A ver, a ver... ¿Quién puede ser? No sé yo eh... ¿Qué tal si me das una pista Amber?
Am estalla en carcajadas. Me destapa los ojos y me giro, luce una enorme sonrisa, la abrazo.
- En el recreo me tienes que contar que ha pasado en casa los Collins. - Me suelta.
- ¿Y tú como coño te has enterado?
- Adri. - Se encoje de hombros.
- Te veo feliz. - Sonrío con ella.
- Es agradable volver a tener a mi hermana en casa. Y, ¿Te acuerdas de Miguel? El chico de Facebook. - Asiento. - ¡Pues hemos quedado después de Halloween para conocernos en persona!
Se pone a dar saltitos y grititos. Yo con ella.
- ¿Y cuándo? - Exclamo.
- ¡¡Este sábado!! - Grita ella emocionada.
- Me alegro mucho por ti, Am. - Nos abrazamos.
Mushos kisseees
Voten y/o comenten, (es una orden) :3
LaietaXO
ESTÁS LEYENDO
NO quiero un para SIEMPRE
Teen Fiction- Dejame en paz... - Susurré. - No puedo. - Contestó. - TE AMO. - Lo tuyo no es amor, es obsesión. - Repliqué. - Mataria por ti, ya lo sabes... - Sin dudarlo. - Lo interrumpí. - Siempre lo haces, MATAR es lo que siempre acabas haciendo a mis amigas...