XXX. ¿Miguel? Hola...

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Sábado 8 de Noviembre al mediodía.

Amber PDV

- Clara no sé que ponerme. - Me quejo con un mohín.

- Ay chica, hace días que teníais que quedar... Tú sabras que ponerte. - Contesta mi adorable mejor amiga con sus super consejos, nótese el sarcasmo.

Resoplo subiendo el volumen de la radio.

Hace más de una hora que llego Clara, después de comer, para "ayudarme" a vestirme y prepararme para mi muy atrasada cita con Miguel, el chico que conocí hace un tiempo en Facebook.

Ya habíamos vaciado todo mi armario y aun no tenia ni una pequeña idea para vestirme.

- Es que no sé si vestirme muy arreglada, casual... ¡Ay Clara, ayudame!

- No sé que decirte Am. Yo tampoco sé como deberias vestirte... - Dice, creo que, honestamente. - Ponte unos jeans y cualquier jersey, es la primera vez que lo ves, ¿y si es un viejo pederasta que viene a matarte?

Hago rodar los ojos arrancandole una sonora risa a Clara, que chica mas rara.

Pero le hago caso y acabo poniéndome unos jeans granates, una camisa blanca, un jersey beis y unos botines.

- ¿Me aliso el pelo? - Pregunto retocandome la ropa frente al espejo.

- Tu pelo ya es liso Amber. - Rueda los ojos Clara.

Suelto un pequeño gruñido y me peino.
Retoco mi maquillaje y le hago un pase de modelo a Clara.

Ella se levanta de mi cama por primera vez desde que se sentó y empieza a aplaudir.

Río con ella.

- Estás fantabulosa. - Exclama.

- Gracias. Sin duda es gracias a tu gran ayuda. - Contesto sarcasticamente.

- De nada, ha sido un placer ayudarte. - Me guiña el ojo.

Sonrío y sonríe.

♦ ♦ ♦

- Bueno... Hace ya unos cuantos días que tendríais que haber quedado, siempre lo habéis suspendido así que si hoy no se presenta a esta merienda no te molestes en volver a hablar con él. - Amenaza divertida mi mejor amiga cuándo me deja delante la cafetería de Ivan, el camarero.

- Está bien. - Me río.

- Ahora en serio. Cualquier cosa y me llamas. No tengo horas. - Me besa la mejilla.

Imito su gesto y la abrazo.
Me encanta tener a alguien que se preocupa por mi.

Me quedo plantada en la acera, Clara arranca la moto y desaparece calle abajo.

Me doy la vuelta, suspiro hondo cerrando los ojos y entro en el establecimiento.

Busco entre todas las mesas, solo hay una pareja al fondo y un gran grupo de veinteañeros cerca la barra. No ha llegado aun.

Me siento cerca la puerta, entre las dos unicas mesas llenas.

Pronto aparece Ivan.

- ¿Estás sola, hoy? - Pregunta con su habitual sonrisa.

- Estoy esperando a alguien. - Respondo con la misma sonrisa.

Se oye el tintineo que produce la puerta cuando alguien entra, y luego pasos.

Ivan me tapa la visión de la puerta, pero la sensación que me invade no estoy muy segura de que sea buena.

Serán los nervios...

NO quiero un para SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora