Capítulo 16.2

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No, no, no, no puede ser. Lo único que se me ocurrió fue sentarme en el piso con mi espalda pegada a la pared y la ventana la tenía arriba de mi cabeza. Me sentía muy nerviosa, más cuando la puerta se abrió y mi padre apareció.

—Hija… —se me quedó viendo raro —todo bien? —me preguntó extrañada.

—Si… —me levanté un poco, vi por la ventana que ya no estaba Michael, es más, sólo vi la cortina —si padre —le sonreí.

—¿Qué hacías? —miró mis libros —perdón si interrumpo —de nuevo puso su mirada en mí.

—Tranquilo, ya terminé de estudiar y hacer las tareas, ¿Y mamá? —le pregunté.

—Vino rendida del trabajo, aparte que es muy tarde, ¿Comiste algo? —ahora él me preguntó.

—Si, compré comida cuando venía del colegio —le sonreí de vuelta.

—Esta bien hija —él me dio un beso en la cabeza —descansa —me sonrió y salió de mi habitación, cerrando la puerta.

Yo solté un suspiro, cerré la cortina, apagué las luces y me acosté, de la nada me puse a pensar en Michael, y cuando lo vi sin camisa, no Kima, no pienses en él, mejor en… pandas o… no sé. Me puse a contar ovejitas hasta que el sueño me ganó.

Me levanté súper temprano como siempre, arreglé mi mochila, luego me fui a bañar y me cambié, con mi mochila en hombro bajé directo a la cocina, encontrándome con mis padres.

—Buenos días —saludé a los dos con un beso en la mejilla.

—Buenos días hija, discúlpame que ayer no te vi, pero es que vine rendida del trabajo —mi madre me miró triste.

—Tranquila, yo entiendo —le sonreí, tomé un plato y empecé a comer.

Más tarde me despedí de mis padres y empecé a caminar directo al colegio, iba tarareando una canción que no sentí cuando alguien se me acercó, eso provocó que pegara un brinco, me quité los audífonos.

—Lo siento —era Michael.
—Por que no hablaste o algo —yo trataba de controlar mi respiración.

—Te venía hablando desde hace una cuadra, pero como no me respondías pues me acerqué y de nuevo perdón por asustarte —me regaló una media sonrisa.

—Tranquilo, yo tengo la mitad de la culpa —yo igual le sonreí.

—Toda la culpa es mía, vamos —empezamos a caminar —¿Iras a la práctica de hoy? —me preguntó.

—No le avisé a mis padres —me preocupé un poco.

—No siento que haya problema, ya que es de tres a cinco de la tarde, y si gustas te puedo acompañar a tu casa —cuando sonrió, pude ver bien que tenía hoyuelos.

Recordé lo de ayer, que lo vi sin camisa, ay no, y si él también vio que yo lo estaba observando, pero si lo hubiera hecho ya me hubiera reclamado o algo.

—Cuidado! —cuando escuché su voz salí de mis pensamientos.

Sentí que Michael me acercó a su cuerpo cuando voltee a mi izquierda vi que un carro pasó muy rápido, sino fuera por él me hubieran atropellado o algo peor.

—Lo siento —me sentí como que no sabía lo que acaba de pasar. Pero Michael y yo estábamos muy juntos, él tenía sus manos en mi cintura, nuestros rostros muy cerca.

—Tranquila —él me sonrió, vio que estábamos muy cerca así que se alejó —¿Estás bien? —vi que estaba nervioso.

—Si —le sonreí, me dio por revisar la hora —vamos diez minutos tarde —lo miré preocupada.

Madre Soltera (JUKILOP) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora