Madre Soltera (JUKILOP) [COMPLETA]

Capítulo 3

Nuevo día, nuevos papeleos, agh, ocupo vacaciones. Eso me recuerda, que tengo que llamar a Kimberly, lastimosamente me tiraba directo al buzón de voz.

—Jefe? —era mi secretaria.

—Dime —puse mi atención en ella.

—No me dijo que tiene familia —ella me miró extrañada.

—A qué te refieres? —yo estaba confundido.

—Es que hay dos chicas afuera, que dicen que quieren hablar con usted —no estaba entendiendo nada de lo que me estaba diciendo.

—Diles que pasen —le dije y ella asintió para luego salir de mi oficina.

Mientras que yo me puse a pensar, quienes podrían ser. Hasta que escuché dos voces que se me hacían familiares.

—Permiso —dijo una voz, de inmediato me cayó el veinte, era Kimberly con Kima.

—Juan!!!! —Kima corrió directo hasta mi.

—Hija, le pediste permiso a Juan? —le preguntó Kim.

—Te puedo abrazar? —me preguntó Kima.

—Si pequeña —la puse en mi regazo y ella me abrazó —y eso que vinieron a visitarme? —les pregunté.

—Mami extrañaba verte —Kima respondió por Kim.

—Kima!! —Kimberly se tapó la cara.

—Jiji perdón —la pequeña escondió su rostro dentro de mi saco.

—La verdad es que necesitábamos salir un rato —Kim a veces me miraba y a veces no.

—Comprendo —dije quitando con cuidado mi saco —y cómo se ha portado esta linda princesa? —le pregunté a Kima.

—Muy bien, sólo que me caí —me mostró su brazo, vi de reojo que Kim se tensó.

—Y cómo fue? —le pregunté viendo la herida.

—Yo andaba en la bici y papi no me estaba cuidando —Kima respondió inocente.

—Enserio? —miré preocupado a Kim.

—Él me contó otra historia, aunque yo le creo a mi hija —Kim soltó un suspiro.

—Juan, por que hay juguetes ahí? —Kima señaló la esquina de mi oficina.

—Es que una hermosa princesa me vino a visitar y sé que le gustan los juguetes —con cuidado la bajé de mi regazo y luego me levanté de mi silla.

—Soy yo... la linda princesa? —ella me preguntó haciendo ojitos.

—Si pequeña —le sonreí —ve a jugar mientras yo hablo con tu mami —Kima se fue y yo donde Kim, ella tenía la mirada perdida —hola —me puse a su lado.

—Su padre no la cuida, fue un pequeño golpe pero agradezco que no paso a mayor —ella se estaba desesperando.

—Tranquila —hicimos contacto visual —por que no vas a decir todo lo que ese idiota le hace a Kima —me puse serio.

—No puedo, es que tengo miedo de perder la custodia de ella —Kim agachó la cabeza, y rápido se limpió las mejillas.

—Ocupas un abrazo? —le pregunté extendiendo mis brazos hacia ella.

—Si —justo se le quebró la voz y rápido me abrazó.

Estuvimos un gran rato abrazados, hasta que Kim se calmó. Nos separamos un poco y con cuidado empecé a limpiar sus mejillas.

—Eres hermosa Kimberly —se me escapó eso.

—Ni hemos tenido una cita... y ya andas tirándome piropos —ella soltó una risita.

—No es necesario tener una cita, para poder apreciar tu belleza —yo tampoco pude evitar sonreír.

—Te llaman Romeo —ella soltó otra risita y me volvió a abrazar —muchas gracias por hacer olvidar los malos momentos —ella soltó un suspiro.

—De nada linda, siempre voy a tratar de hacerte sonreír —le di un beso en su cabeza.

—Juan y mami se besaron —nos separamos al escuchar la voz de Kima.

—No mi amor, fue sólo un abrazo —Kim le respondió algo nerviosa.

—Juan y mami se aman —Kima dejó de jugar y empezó a "bailar".

—Princesa Kima —me acerqué a la pequeña.

—Que pasa caballero Juan? —Kima dejó de bailar y me respondió.

—Me permite el valioso honor de tener una cita con su reina? —le pregunté refiriéndome a Kim.

—Le doy el permiso —Kima hizo una reverencia.

—Gracias princesa Kima —le di un beso en la mejilla.

—Caballero Juan, usted no tiene trabajo por terminar? —Kim nos siguió el juego.

—Así es hermosa reina, sólo termino de firmar unas hojas y nos podremos ir —me acerqué a mi escritorio.

—Mami, mira, desde aquí se ve nuestra casa —Kima estaba cerca de la ventana.

—Con cuidado —Kim se le acercó —y si, desde aquí se ve —le respondió.

Luego de que firmé, arreglé, envié y archivé unos papeles, al fin pudimos salir de la oficina. Salimos del edificio, nos fuimos a mi auto.

—Hermosas damas, será que me dan permiso de ir a mi casa a cambiarme? —les pregunté.

—Siiii —me respondió Kima.

—Esta bien —dijo Kim.

Nos fuimos a mi casa, me bañé y cambié, cuando bajé a la sala, Kim y Kima estaban viendo unas fotografías.

—Quién es ella? —me preguntó Kim.

—Es mi madre, anda de viaje, visitando unos tíos —le respondí —nos vamos? —ahora les pregunté.

—Vamos —Kima agarró nuestras manos y salimos de mi casa.

Pasamos toda la tarde paseando, fuimos al parque de diversiones, al cine, al parque acuático y por último a comer helado. Dejé a las chicas en su casa y yo me fui a la mía.

(....)