Estaba harta, aquella vida no era vivir en realidad.¿Cómo dedicarle su ser entero a algo en lo que no creía?
Vivir en el convento sin duda era mejor que estar desamparada en las calles, fingir que amaba a Dios tampoco le resultaba tan difícil, pero, entonces conoció a Hunter y todo lo demás dejó de importar.
No conocía mucho de su pasado, pero las monjas murmuraban.
Sobrino del obispo, criado en la iglesia desde niño, sin conocer nada más.
Hubo una chispa casi de inmediato cuando se conocieron. Willow adoraba sus gestos, su dulce voz al leer, sus tiempos a solas.
Su intención nunca había sido enamorarse. Eran una monja y un padre, por favor, era totalmente imposible.
Pero allí estaba, deseando que aquella barrera desapareciera.
Tal vez si no hubiera sido correspondida todo habría sido mucho más fácil. Admirarlo de lejos le habría bastado.
Pero comenzó a notar sus sonrojos, la forma en que se ponía nervioso con su presencia. La esperanza de que en verdad el amor hubiera florecido en ambos quizá fue su condena.
Entonces aquel beso había ocurrido y supo que nunca más podría vivir sin tenerlo a su lado.
Pero Hunter… oh su dulce Hunter. Vivía tan atormentado por sus perjuicios. Sabía que había mucho más detrás de ello. Una historia de abusos que lo había llevado a aferrarse a la Fe como su único salvavidas.
Y ella nunca podría cambiar eso.
La confesión había sido su último recurso, aunque más bien se podría interpretar como una despedida.
No es que se estuviera rindiendo pero…Tal vez en otra vida tendrian una oportunidad.
Tomó la navaja con fuerza entre sus manos, pero dudando. ¿De verdad era la única forma?
Una risa inundó el lugar, una que le provocó escalofríos. Soltó el arma, buscando con desesperación la fuente del sonido.
—Puedo ver lo que quieres Willow Park… y hay mejores maneras de conseguirlo…
Nadie nunca supo lo que ocurrió en aquella habitación del convento.
Solo se encontró el cuerpo de la hermana Park, recostada en su cama, con una extraña sonrisa de determinación en el rostro.
++
Los siguientes dias fueron en verdad una tortura.
Vivía a la expectativa, deseando y a la vez no que aquella chica apareciera.
Claramente estaba cumpliendo su amenaza, no había mostrado rastros de su presencia en casi una semana y aunque debería estar aliviado, la culpa y los celos lo carcomían por dentro.
¿Qué estaba mal con él? ¿Porque no podía vivir una vida tranquila dedicada a su Fe?
Aquel demonio no era Willow, su Willow había fallecido de forma irremediable, pero el diablo no paraba de tentarlo con su imagen.
Quizá su tío tenía razón, por siempre sería un ser corrupto.
Pensar en eso tampoco lo ayudó, le recordaba tiempos más oscuros, momentos en su vida que no le gustaba tener presentes.
Era toda una montaña rusa de emociones la que estaba experimentando.
Imaginar a algún pervertido tocando a la chica, corrompiendo la imagen de Willow le hacía hervir la sangre. Nadie tenía ese derecho, ni siquiera él…
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No nos dejes caer en Tentación
FanficEl padre Hunter Wittebane siempre ha sido devoto y Fiel a su Fe. Para él, no hay nada más poderoso que su compromiso con el señor. Pero cuando cierta Sucubo aparece cada noche a tentarlo, en la forma de la unica persona que lo hizo dudar de sus voto...