No nos dejes caer en Tentación

Comienzos

Y después de más de un año, llegamos al final

Empacar sus cosas fue un proceso demasiado rápido. Uno pensaría que contaría con muchas más pertenencias pero no era así. 

Si descartaba las sotanas solo contaba con algunos cambios de ropa, libros que había escondido por no considerarse apropiados para la iglesia, algo que también podría dejar de ocultar.

Apenas y llenó una maleta, pero estaba bien, tenía todo un futuro por delante para crear muchos más recuerdos.

El papeleo de su “Renuncia” tardaría un poco, pero por lo menos comenzaba por dejar el lugar.

Se atrevió a dar una última misa, solo para despedirse de los feligreses que de verdad lo apreciaban, Hubo muchas caras confusas, muchas preguntas que en realidad no podía contestar. 

Estarían tristes y decepcionados pero con el paso del tiempo lo olvidarían, era algo natural.

Cerró la puerta de su habitación, sin darle una última mirada. Era hora de avanzar.

—Pensé que era un rumor, pero veo que es verdad.

La voz rasposa de la Madre Snapdragon llegó hasta el. Caminaba a paso lento hasta detenerse frente a él. 

—Me temo que sí— Contestó cordialmente el joven, notando la mirada cargada de curiosidad de la mujer, casi morbo. Sabía que lo juzgaba en secreto, pero a esas alturas ya no le importaba.

—Es una lastima, tenías un futuro prometedor, justo como tu tío— Borró la sonrisa para después añadir. —Pero lo desperdiciaste, justo como tu padre.

La antipatía hacia ella solo creció con ese comentario. ¿Qué sabía ella en realidad? 

La observó unos segundos, quizá muchísimo más de lo que aparentaba, probablemente ella misma lo había ayudado a encubrir todos sus crímenes.

En retrospectiva, tendría sentido.

—No se si hartarse de la hipocresía pueda considerarse un desperdicio— Respondió de forma calmada, hasta cordial.

Pudo ver un fugaz destello de furia en las facciones de la mujer, uno que se apresuró por ocultar.

—El mal término por consumirlo Padre.

Hunter soltó una carcajada sin poder evitarlo. Se encogió de hombros y emprendió su camino de vuelta. 

Discutir no valdría la pena, le dedicó una leve inclinación en forma de despedida y no miro hacia atrás.

++

El cuarto que Darius le había cedido era bastante amplio. Incluso con lo que el hombre consideraba una “Austera” decoración, tenía muchas más cosas de las que estaba acostumbrado.

Dejó su maleta, sentándose en la cama de forma distraída. Y pensar que aquel espacio pudo ser suyo desde siempre, si tan solo hubiera podido ver la realidad mucho antes. 

Ya no era tiempo de lamentarse por eso.

—¿No vas a desempacar?

Aquella dulce voz lo envolvió, aquellos ojos verdosos resplandecieron hasta que aquella figura se materializó por completo.

Hunter sonrió de lado, mientras se permitía deslizar su mirada por su cuerpo. Ya no sentía culpa por contemplarla.

La sucubo floto hasta el, sentándose en su regazo sin pena alguna. Aunque si podía notarla ligeramente distante, lo cual le preocupaba.