CAPITULO 1 ©

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— Hay excasas opciones: te quedas a dormir con los abuelos, vives conmigo o puedes pedirle cobija a alguna amiga pija tuya — murmuró, pasando una mano por su barbilla — cuál prefieres

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— Hay excasas opciones: te quedas a dormir con los abuelos, vives conmigo o puedes pedirle cobija a alguna amiga pija tuya — murmuró, pasando una mano por su barbilla — cuál prefieres.

— que te jodan.

— no — se gira, burlón — eso no está en ninguna de mis recomendaciones.

— le podrías poner algo de seriedad al asunto — me quedaban pocos ahorros y no alcanzaban para otra noche en un hotel — ninguna de tus elecciones son favorables.

— lo digo enserio pequeña — suelta un suspiro y se acomoda en el incómodo asiento de la heladería — ¿Cuál de las opciones te es más favorable?

— primero: los abuelos son insoportables y lo sabes, no me dejarían hacer nada de lo que tengo pensado — mis abuelos son de pensamientos arcaicos y nada accesibles — ¿Vivir contigo? Estás loco, dónde dormiré cuando traigas a una de tus conquistas diarias.

— tampoco es que sean tan seguidas.

— ¿en serio Bastian? no tan seguidas. Te tengo que recordar porque te independizaste tan rápido.

— y la última idea, que piensas — dijo cambiando la conversación rápidamente — es por un mes, no creo que a tus amigas les moleste.

Suelto un bufido al notar el repentino cambio de conversación, le seguí la corriente.

— tengo una sola amiga llamada Loretta y vive con el novio.

— pues dile a mamá que no tienes ningún sitio a dónde ir, quizás te de mas dinero — arrugue el entrecejo al escuchar sus palabras — estoy seguro que papá estaría dispuesto a darte más.

— tengo 18 años, estoy lo bastante grande y no quiero escuchar palabras como "mientras te mantenga, haces lo que diga". Si tengo que buscarme otro trabajo, entonces me pondré en ello, pero la cosa es hermano que necesito un lugar para quedarme por un mes — enojada lo miro, el se la tenía con los ojos enfocados en otra parte y cuando me doy cuánta que le mira el culo a una camarera le tiró la galletita de mi helado de vainilla — deja de mirarle el culo a la camarera, por favor.

— es normal hermanita, deberías relajar un poco ese estrés — dijo masticando la misma galleta que le tire — verás que todo se solucionará, solo tenemos que esperar un poco más.

— en dos días Bastian, en dos días nuestra madre regresa con Gerardo y no quiero estar metida en un matrimonio recién comenzado — el asiente con la boca llena e indispuesto a hablar.

Se limpia los labios con la servilleta y me mira por encima de sus espejuelos de montura dorada, el cabello rubio  se lo peina para atrás con su manos libre.

— Estaba pensando en una obscion, la verdad no me gusta nada pero..... — dijo aún pensativo y de repente se vuelve a acomodar en la silla hacia atrás — mejor olvídalo, no me gusta.

No se, Follen a Claudia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora