CAPITULO 9

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— ¿Yo que cosa? — mi cara de no entender la dirección de la conversación seguramente fue epica  — chicos están bien

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— ¿Yo que cosa? — mi cara de no entender la dirección de la conversación seguramente fue epica  — chicos están bien.

Parecían que acababan de salir del show de los chistes más negros del estado, eso o que era un reto por cual se veía más ofendido y .... Molesto.

— déjala — la voz de Augusto me hace concentrarme en el — seguro tiene una muy buena explicación, pero ahora no es el mejor momento — dijo apartando su mirada de la mía y haciendo una señal que no logré entender en dirección a Maxwell.

— mm — el contrario alzó una ceja y siguió al mismo por el pasillo, no antes de voltear a verme con aquella mirada jusgona que solo el tiene — la próxima no te escapas.

Luego de ello se largo, así como si no me hubiera dejado la mayor confusión de mi vida en siglos. Comienzo a bajar las escaleras con temor de encontrarme otro troglodita con complejos de osito cariñosito modo gorila en celo.

Una vez que estoy delante de la puerta y mi escape a la diversión del día, comienzo a sudor al no conseguir abrir la puerta. Porque le habían puesto el seguro y cerrado con llave, me mordí los labios para evitar lanzar un gemido de derrota total.

Camino resonando mis tacones sin importarme una mierda que los demás escuchen mi ubicación, tomo una jarra de agua y termino por servirme el vital líquido. Tomo déjanos una mancha en el vaso justo para ver a Víctor entrar a la cosina.

— pequeña revoltosa — el mismo camina hasta envolver su mano en mi cuello — ya me dijeron del rico perfume que te mandas — dijo oliendo mi cuello sin ningún respeto al espacio personal — y es justo ese, me entra un voto de curiosidad por saber cómo terminaste con ese perfume.

— sabes la palabra esa de espacio personal, como un quítate de arriba de mi — dije apartando sus manos de arriba de mi — además, no entiendo lo que tienen con mi perfume. Que les pasa.

— no te acuerdas — dijo de manera confusa, aunque un brillo de entendimiento llega a sus ojos — ciertamente estabas pasada de copa, la cosa es que no sabía que eras tú pequeña revoltosa.

— ¿yo que? — ya me estaba colmando la paciencia esto de no entender de lo que hablaban — ¡Victor explicación ahora por favor!

El se queda pensativo, con su sonrisa de burla que me trae terribles ganas de besarle o romperle la cara. Soy un poco bipolar, verdaderamente no sabría cuál sería mi acción del día y jodidamente estaba más que confundida en estos momentos. Yo y confusión no tenemos una muy bonita relación que digamos.

te veías bonita usando aquel vestido rojo  que se te pegaba a tu cuerpo — su cuerpo me acorrala contra el fregadero ¿Me estoy imaginando cosas de nuevo? — quizás fue las palabras que nos dijiste después de besarte con todos nosostros — mi respiración se trajo ¿yo cuando hice eso? — lo que más me jode es que ni siquiera te recuerdas de nada pequeña revoltosa, nos dejaste encendidos a todos con un simple jodido beso.

Sus labios se acercan a los míos, su respiración chocando contra la mía derrumbó varios sistemas lógicos de mi cabeza. Su cuerpo pegado y aquel calor que me produjo me envolvió completamente.

— un poco más y te follamos todos ¿Porque corriste enana? — mis manos más a su hombro cuando envuelve mi cintura — aquella máscara que tenías no me dejó reconocer, pero sabía que esos bonitos labios me recordaban a algo, nunca olvidaría unos labios que me la puso dura de solo un roce.

Víctor — tal vez fue las ganas que nos teníamos en ese momento o mi mano apretando su hombro, pero no sé detuvo cuando choco sus labios contra los míos y me chupo mi existencia.

Mi espalda curvada de solo aquel beso decía cuánto había esperado por esto, su mano acercando mi cuerpo al suyo me distrajo y su lengua que envolvió a la mía me hizo jadear entre la unión. Su otra mano termino agarrando mi cabeza, ladeando mi cabeza a la fuerza para profundizar más el beso.

Su pie se adentro entre mis piernas y envuelvo la mía en sus caderas, contra aquel lavamanos me estaba asfixian de la única forma que desearía. Con el insoportable de Víctor y calentando mi cuerpo de una forma que hace años no me encontraba.

Su cadera realiza un movimiento que me hace abrir los ojos de imprevisto mientras aprieto mis manos, repite la misma acción haciendo que el placer se repita mientras chica su pelvis contra la mía y restríega su zona contra la mía. Una vez más y otra, aprieto mi pierna sobre su culo instando a que lo repita más fuerte y rápido.

Su mano agarra mi otro muslo y termino envolviendo mis dos pies en sus caderas, el calla mis jadeos entre besos profundos mientras su cadera muele contra la mía chocando contra aquella zona que me tenía temblando.

— dios — susurro entre nosotros.

— Dios no, quien soy yo revoltosa.

Víctor — le digo entre un gemido.

— mierda — su cadera muele más la mía, me miedo el labio cuando siento una tensión crecer y un gemido que no logro callar sale de mis labios cuando estalló en un climax.

Jadeo por aire mientras el me besa de forma casta y lente, muerde mi mejilla y nuestros cuerpos no se separan. Su mano aprieta mi trasero y me pega más para hacerme sentir que aún tiene una erección, no se había corrido pero me había hecho tener un orgasmo.

— diablos, te follaria aquí contra está meseta su no fueras virgen revoltosa — dijo besando mi cuello y mordiendo el área.

— eso es un problema.

— jodidamente si — en serio, me molestó que dijera eso — no te confundas — dijo riendo en mi cara — no me molesta que seas virgen, pero me niego a quitarte tu primera vez contra está meseta.

— no soy de rosas y champán — lo escucho soltar esa risa que tanto me gusta.

— me calentaría más quitarte la virginidad en mi auto, en la rueda de la fortuna, dentro de un avión o algo así — dijo mientras me miraba a los ojos — pero voto por hacerlo con mis hermanos, que vean como te follo en la sala y que terminen por unirse a la diversión.

— ¡Victor!

— me gusta ese plan — la voz ronca y baja de Cameron me hace sobresaltar, se encontraba parado en la entrada de la cosina — traerla a la sala, recordemos eso que dejamos inconcluso. Contra el sofá Claudia.

Podían haberme dicho muchas veces que perdería mi virginidad en un sofá, lo hubiera jodidamente creído. Aun así nunca me llegue a imaginar que lo aria con ellos, eso no y sería una verdadera locura. Piensa alto Claudia, me mordí los labios y sujeto ni cuerpo mejor de la fortaleza de Víctor.

Sentir sus pasos caminar hacia la sala me encienden y me envuelven unos nervios jodidamente locos.

¿Que era lo que estaba apunto de hacer?

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⏰ Última actualización: Aug 06 ⏰

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No se, Follen a Claudia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora