La cena se había mantenido en silencio, Victor y Maxwell aún no habían llegado, los chicos parecían muy concentrados en digerir todo lo de la mesa. De suerte había guardado porciones para los otros dos.
— entonces, te encontraste con Austin en el centro comercial.
La repentina pregunta de Elliot me descoloca, trago la cucharada que me había dado de el estirado y asiento. Me había ido de lengua y ellos estando allí, fue un momento vergonzoso que no quería recordar, pero míralo aquí trayendo el tema a la mesa de comida.
— tu hermano no estará de acuerdo con que vuelvas a relacionarte con el.
Augusto estaba tomando una cerveza, sus ojos chocaron con los míos y desvíe la mirada al sentir un sentimiento muy conocido en el estómago.
— tengo 18 años, edad suficiente para tomar mis propias decisiones — el ruido de las manos de Elliot apretándose de más me hace voltear a verle.
— no es una buena compañía pequeña.
— no me digas más pequeña Elliot, no lo soy y iré a esa cena con Austin, a mí me parece un buen chico.
— ¿para follar? — pregunta Cameron de manera tajante, intimidaba, pero no me detengo en contestarle como era debido.
— ese no es tu problema, si quiero coger con el o no.
Sus ojos se congelan, su mirada penetrante y fría no se aparta de la mis, un escalofrío recorre mi espalda. Entonces lo veo sonreír de lado, sabía que de esta conversación no saldría nada bueno.
— me parece gracioso escuchar esas palabras de una persona que no sabe de lo que habla. ¿Coger? — la pregunta burlona me molestó de varias maneras.
Es verdad, no había tenido ningún tipo de contacto sexual que nadie y solo llegaba a besos algo inocentes. Pero eso no le da derecho a juzgarme, menos el que solo era el amigo de mi hermano y... El chico que me gustaba o me gusta.
— pues entonces Austin me enseñará lo que no se, le daré ese placer a el — un golpe a mis espaldas me hace pegar un salto.
— ¿Austin? Ese bastardo de mierda es al que le abrirás los pies — la voz de Víctor en la entrada de la cosina resuena por toda la cosina, el ruido fue que había tirado las bolsas que llevaba en sus manos — no follaras con ese imbécil.
Una sonrisa crece en mis labios, me levanto cogiendo el plato de la mesa y lo dejo en el fregadera. No iba a dejar que nadie controlará mi vida, ya no.
— no estás en posición de decir lo que puedo o no puedo hacer — limpio el plato sin voltear a verle, sin mirar a ninguno — tampoco son quienes para tener está conversación conmigo, follare con el vecino, mi amigo y con el que se venga en gana. Pueden pensar y hablar lo que quieran, es mi vida y hago lo que quiera con ella.
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No se, Follen a Claudia ©
RandomCompartir departamento con cinco chicos de apariencia de Badboy, Claudia había tenido la pésima suerte que ustedes envidiaban. -Revoltosa - Escucho la voz de Victor en el pasillo, llegando al comedor donde estábamos todos. - dejaste tu tanga de gati...