CAPITULO 7 ©

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Piel pálida, caderas voluminosas, pelo rubio, ojos verdes, sonrisa seductora y unos jodidos labios que te gritaban que los beses

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Piel pálida, caderas voluminosas, pelo rubio, ojos verdes, sonrisa seductora y unos jodidos labios que te gritaban que los beses. Esa fue la mujer que había entrado en el departamento, nadamás entrar los chicos depositaron toda la atención en esa mujer y no me perdí el momento en el que ella con sus largas uñas de rojo rozó el abdomen de Cameron y como este le susurro algo al oído que no pude escuchar. Segundos después subieron las escaleras juntos y eso fue todo, sabía que estaría pasamos allá arriba en su habitación. No era estúpida.

- revoltosa, pásame una cerveza - la voz de Víctor me saco de mis pensamientos, levanté la mirada y no sé porque me parecía tan molesto en ese exacto momento.

- me ves cara de sirvienta, párate y coge la cerveza - dije cortando el tomate con más fuerzas.

- pero si estás justo alado del frio - dijo con esa sonrisa que quería romperle y esos labios que quiera besar, se veían jodidamente calientes en estos momentos.

Abrí la puerta del frio y cogí la jodida cerveza para dejarla encima de la meseta y seguir con mi labor, sin moverme de dónde estaba. Escuché un bufido y la risa de Elliott, la figura de Víctor no tardo mucho en aparecer justo alado mío y coger la cerveza. Se quedó ahí, bebiendo de ella mientras me miraba de una manera que me inquietaba, parecía querer decir algo.

- suelta lo que quieres decir, te vas a envenenar a ti mismo si sigues aguantando así - se me acercó, seguí picando otro tomate como si nada, pero si ponías nada de atención notarias mis manos temblar. ¿Cómo podía afectarme tanto su sola cercanía?

- esos tomates no tienen la culpa nena, no quiero comer puré de tomate en la comida - dijo muy cerca de mi oreja, haciendo que sintiera el aire caliente en ella. Volteo la morada rápidamente a verle y nuestras narices se encuentran, pude notar como parecía sorprenderse por mi acción. ¿Que, pensaba que me iba a esconder?

- si no querés comer tu pene en la comida, cállate la boca - dije para volver a lo que hacía, eso me quedo épico.

- pero me dijiste que hablara, ahora me amenazas y me dices que me calle. Mujer, no te entiendo.

- si de tu boca salieras cosas más importantes y que no me hicieran tener ganas de utilizar este cuchillo en otro lugar entonces te escucharía - dije cuando termina y lo empuje para fregar el cuchillo - y sal del medio, estorbas.

Sus manos se apoyaron a mis lados sobre la meseta, rodeándo mi cuerpo y haciendo que quede entre su cuerpo y la meseta.

- que tienes revoltosa, estabas bien hasta horita - dijo quitando mi cabello y colocando su mentón en mi hombro - te siento tensa, molesta, rabiosa y venenosa.

- y con grandes probabilidad de cometer un asesinato - dije voltando mi cuerpo y enfrentando a este idiota de frente, un idiota que me estaba encendiendo la calentura y no estaba haciendo nada - estás aburrido, no tienes a nadie más para joder. Maxwell está ahí también, ve y suelta tu veneno en otra parte.

No se, Follen a Claudia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora