CAPITULO 2 ©

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- hermano, que tal todo

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- hermano, que tal todo.

Vi a mi hermano abrazarse con semejante figura, altura metro noventa y complexión muy bien ejercitada, sonrisa cuadrada y un mentón cuadrado tapada con una barba oscura y bigote a juego.

El hombre estaba para chuparle y no solo los dedos, sus ojos en ninguno de los momentos se pusieron en mí y lo agradecía. Su voz ronca, pero ligera y suave me hace estremecer, no estamos hablando de ese tipo de estremecimiento. ¡Dios! este hombre me mueve el piso y algo más.

Justo cuando pensé que iba a pasar como casper por la puerta, mi hermano entra y sus ojos terminan en mi figura. Parece grandemente sorprendido y no tarde en demostrarlo con un amplio abrazo.

¡Santo Jesús! Le siento los cuadros, ¡LE SIENTO LOS CUADROS!

- Claudia, pequeña como haz crecido - sus palabras me traen a la trágica realidad. Sip, este hombre buenarro me sigue viendo como la hermana pequeña de su mejor amigo.

No hay oportunidad Claudia, no la hay.

- hola - la tímides se remarca en mi voz, apuesto toda mi colección de peluches que estoy muy roja.

- pasa, ven - dijo abriéndome paso y quitándome la maleta, tan caballeroso el adonis.

- Augusto, que pasa - escucho unos pasos aproximarse a la sala, en cuanto veo la figura maldigo mi vida.

Un chico que debe tener un año mayor que yo sé presente, se enseguida que se trata de Victor, pero porque tan cambiado. Piel ligeramente bronceada y con cejas pobladas, barba de varios días y cuerpo de papi aquí estoy, se presenta..

Mis ojos no evitan caer en sus hermosos tatuajes, tiene tatuajes en sus brazos que le siguen hasta sus propias manos. La cadena plateada le quedaba genial en la muñeca y que decir de esos ojos color miel que te arrancaban el aliento.

Sus ojos no tardan en terminar en nuestras figuras, mía y de mi hermano y su sonrisa no hace más que crecer. Siento mis bragas humedad y no es buena señal, estaré viviendo con estás personas por un jodido mes. UN MES.

No me está gustando esto, yo así no funcionó correctamente.

- que hay hermano - dice estrechando su mano con Bastian y chocando los hombros, sus ojos hermosos caen en mi.

- pero miren que tenemos aquí - justo cuando estoy por sonreírle, de la manera más cuerda que puedo firmar en este momento. Siento su manos revolviendo mi cabello yo odio que toquen mi pelo - la revoltosa.

Aún se recuerda de eso, ¡porque!

- aún te acuerdas de eso - mis labios terminan fruncidos y mi entrecejo estrujado, el me mira con la misma burla que antes.

- quien puede olvidar lo revoltosa que eras en ese tiempo.

- es torpeza, no es que sea revoltosa.

- eras muy intranquila, despistada, andabas olvidando todo y que decir de tu increíble torpeza. Eras un revuelo revoltosa - sentía como casi deletreaba la última palabra.

No se, Follen a Claudia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora