HEREDERA DE LEONES

I.Larga Travesia

13 años más tarde—Desembarco del Rey:

Las campanas tocaban desde el alba hasta el ocaso, la Mano del Rey: Jon Arryn había muerto de una forma incoherente. El maestre Pycelle aseguraba que el día anterior se encontraba de maravilla y al poco tiempo la supuesta fiebre comenzaba a atolondrarlo... Eso ya no importaba. El rey debía hallar una nueva Mano de forma que Robert pudiera seguir haciendo lo de siempre que realmente no era reinar, sino fornicar con furcias y tomar hasta su secreta y deseada muerte por la reina.

La misma observaba desde el lateral de la sala del trono como las Hermanas silenciosas aludían al cuerpo de aquel hombre, desesperada por encontrar a su rebelde hermana quien no se había visto desde el alba y ni siquiera el consejero de los rumores, Varys, conocía el paradero de la Leona Solitaria. Jaime fue quien supo de su desesperación además de hablar de las intenciones del Rey, quien quería partir hacia el Norte.

Después de todo, lo que el rey sueña, la mano lo construye o como decía el pueblo: El Rey caga y la Mano limpia la mierda. Eso era lo que llevaría al Norte al Rey Robert Baratheon. Tenía previsto hablar y convencer a toda costa a su querido amigo y guardián del Norte, Eddard Stark que no estaba enterado de su visita a la fría Invernalia.

El paje dio la entrada a la Lannister "perdida" quien se podía notar como vestía al igual que una campesina y su rostro estaba lleno de mugre al igual que su pelo dorado tan alborotado y salvaje, solo era una chica de 17 años al fin de cuentas.

-Donde has estado!?- ese fue el recibimiento de la reina al verla entrar por la puerta

-Cabalgando, ¿no es obvio? ¿He subestimado vuestra perspicacia, alteza?- cuestionó jocosa añadiendo una sonrisa burlona en su rostro

-Id a vuestros aposentos, vestíos como debéis. El Rey espera con impaciencia a irnos- ordenó la mujer sujetándola por los hombros e inspeccionándola de pies a cabeza.

Tras ser liberada, Eliana realizó una reverencia como burla e ingresó al Torreón de Maegor, donde se encontraba su cuarto pues su regia hermana tenía sus ojos sobre ella y aún así la joven le resultaba increíblemente fácil jugar con las mentes de los guardias, hacerles ver las consecuencias de lo que les ocurriría si no la dejaban pasar más allá de las seguras murallas de la fortaleza.

-Preparad mi baño, con agua caliente. Elegid vos mi vestido, que sea cómodo si así lo requiere la reina- se amoldaba el cabello con sus manos frente al tocador mientras le ordenaba a su doncella lo que debía hacer. Aquellos ojos afilados caían sobre la mujer extranjera que comenzaba a sentirse insegura como las tantas veces que había entrado en los aposentos de su señora. Para muchos, Eliana se definía como una chiquilla insufrible y ambiciosa. Porque si no sus  verdaderas intenciones eran tomar los 7 reinos en su merecido momento-¿ La cera de vuestros oídos os impide oír bien, Ellys? Bien puedo hablaros en Alto Valyrio si así lo requiere la situación , pues es vuestra lengua al ser una antigua esclava, salvada por mi padre y ahora a servicios de la próxima monarca de la Roca, que ha venido desde los pueblos libres de Essos a la capital de Poniente para emplearse como dama de compañía. Que sea rápido, no debería hacer esperar al Rey.- desde el espejo pudo ver como la mujer castaña hacía una reverencia tras ella e iba a ejercer las órdenes de la rubia.

Todo fue como lo había ordenado. Se metió al agua y Ellys la lavó a consciencia dejando su cabello dorado a relucir cual oro líquido. Satisfecha con la elección de su doncella, Elia se colocó un vestido de terciopelo de manga larga con los colores de su Casa. Todo el vestido era granate menos un cinturón grueso de encaje con tonos dorados y platas que definía sus curvas, tan parecidas a las de su desconocedora y difunta madre. La vestimenta era lo suficientemente larga como para que sus botas de montar no se apreciaran demasiado. Iría en la carroza junto a su hermana y sobrinos por el momento. En la siguiente parada montaría a caballo quisieran o no.