Como cada noche que sentía insomnio, Eliana decidió caminar por los alrededores sin ningún otro lobo del Norte que quisiera molestarla. Recordó su charla con el magister Ilyrio Mopatis de Bravos dos días antes de partir al Norte. Donde ya comenzaba a planear quien deberían ser sus aliados para reclamar los 7 reinos, comenzando con los Targaryen aún vivos que permanecían entre los lujos de la casa del voluminoso magister. Según aquel hombre, el tal Viserys Targaryen ambiciaba con todas sus fuerzas el Trono de su padre, creyendose las envenenadas palabras que oía por los labios de Ilyrio, diciendo que rezaban su nombre en el continente por su llegada, que en las tabernas brindaban por su salud y que las mujeres cosían dragones rojos de tres cabezas sobre las telas negras a escondidas.
Aquella tarde ordenó que partiera a Bravos de nuevo, pero esta vez con una ofrenda. Tres huevos de dragón fosilizados yacían dentro de una gran caja de bronce con ribetes de oro y rubíes, en la que en el centro solo ponía una solitaria palabra : Oeste. Pidió además de que se asegurara de entregarlos en el día de la boda de Daenerys Targaryen, quien contrajo matrimonio con el salvaje Khal Drogo e incluso hizo que a la hora de la entrega le dijera a la joven peliblanca que era parte de uno de los muchos reinos de Poniente que ansían la llegada del verdadero rey. Una mentira muy creible para quien está ciego a la hora de desear lo que cree que se merece.
Recibió un cuervo que contaba cada detalle de la boda antes de partir de Invernalia y Elia sonrió con solo recordar la gracia que le hizo la forma en que Viserys alentó a su hermana con solo oir aquella mentira.
[¿Por qué es tan sencillo mentir? ¿De verdad se cree que el Oeste lo va a recibir con los brazos abiertos? Pues es muy probable principito, que escondamos los cuchillos y las espadas hasta el momento oportuno. Disfruta el tiempo que puedas...no será mucho]
Volviendo a la realidad logró saber que alguien la seguía entre las carpas. Eliana se detuvo y las pisadas de las botas de cuero tambien se detuvieron muy cerca suya.
-Quisiera hablar contigo- No era otro que Jaime Lannister el que le estaba susurrando en el oido- A solas, sin lobos molestando.
-No seas ridículo, Jaime. Me has tenido desde siempre, no deberías ser tan posesivo.
Eliana avanzó entre las carpas y sin duda el caballero dorado la seguía.
-Cuentame lo que planeas, hermanita- Jaime rodeó a la rubia con su brazo sobre su cadera. Eliana se deshizo de inmediato de ese toque.
-No soy Cersei para que me trates de comprar de esta forma, además yo entiendo que eres sangre de mi sangre, y nada más.
-Ya lo veremos- le susurró al oido
Eliana se marchó de allí, sabiendo que si se dejaba engatusar nada más que atraería problemas .
-Mañana tomaremos caminos diferentes y antes de ese entonces deberás prometerme que vigilaras a Cersei para que no haga nada estúpido en mi ausencia.-No llegó respuesta por parte de Jaime, solo el sonido de un solitario grillo.-Prométemolo, Jaime- Volvió a hablar después de un largo silencio, colocando una mano sobre la mejilla abusta de aquel hombre, posicionandose frente a él.
Elia solo recibió como respuesta el asentimiento de su hermano, seguido de una pequeña reverencia realizada para besar el dorso de su mano. Sabía que Jaime jamás se daría por vencido para tener a ambas hermanas entre sus brazos, pero igualmente Eliana continuaba con su terquedad e insistencia para que este no la tomara.
-Sé que Cersei en un ser despreciable al igual que su hijo. La tienes a ella y pese a eso, no merece que se la engañe de esta forma. Debes dejar de hacer eso.
***
Tras aquella charla, Eliana continuó con su camino viendo que su apuesto peón estaba sentado alrededor de una fogata junto a varios soldados, cenando y contando anécdotas.
-Lord Stark, al fin le encuentro, ya creía que se estaba escondiendo de mí.
Robb, como los otros soldados, se levantó en seguida y se inclinó ante ella.
-Jamás me escondería de vos, mi señora.
Eliana colocó en su rostro una sonrisa ladina y muchos de los soldados vieron como el fuego de la hoguera se reflejaba en sus ojos verdes que no paraban de brillar. Ellos pensaron que era el amor juvenil el que los hacía brillar, sin embargo los ojos de Eliana centelleaban por la lujuria que sentía en aquellos momentos.
-¿Qué os parece si me acompañáis?- La rubia levantó su brazo, para que el joven se lo agarrara.
Robb no lo pensó dos veces y accedió a la propuesta.
-Os doy las gracias por haber enfrentado a la reina de aquella manera. Jamás creí que nadie podría hacerlo sin resultar herido.
-A vos no se os escapa nada- replicó sin borrar su sonrisa- No puedo negar que me hubiera gustado haber sacado a vuestras hermanas de allí antes del enfrentamiento entre las miradas de la reina y de la mía.
-Vuestros bellos ojos me lo dijeron. Ansiabais contradecirla, pero el honor os empujó a hacer lo contrario.
[Es posible, mi bello lobo de Invierno. Mi hermana puede llegar a ser muy cruel, pero debo decir que en eso también le gano]
***
Debían partir ya, el viaje sería largo y Eliana ansiaba llegar antes de que cayera la última luz del día. Robb se despidió de su padre y hermanas, prometiendo que haría todo lo que estuviese en su mano para regresar al Norte prometido con aquella joven.
El pelirrojo regresó con la dama sureña que observaba a lo lejos aquella bella imagen de despedida ya con las riendas de su corcel, Sombragris, entre sus dedos mientras que detrás suya, sus hombres iban de un lado para el otro con la carga que colocaban en uno de los carromatos.
Una vez más, emprendieron su viaje y no fue hasta que pasaron por el Cuello cuando Eliana rompió el silencio
-Admito que me emociona llevaros ante mi padre- Aquello era una verdad de doble filo. Sabía desde el momento en el que Robb accedió acompañarla al Oeste que el orgulloso Tywin Lannister jamás daría el visto bueno a esa relación.
-No puedo esperar a regresar a casa y así poneros una capa sobre los hombros y convertiros en la nueva Lady Stark de Invernalia.
La de ojos de esmeralda acarició su mano puesto que la cercanía de sus corceles se lo permitían; ese lobo norteño estaba repleto de sueños que jamás llegarían a hacerse realidad.
Eliana era mucho más ambiciosa, más astuta; y su objetivo no solo caía sobre el Norte. No se conformaba con eso; ella lo quería todo; quería Poniente; y sabía que nunca lo alcanzaría desposandose a nadie, ni comprándolo con todo el oro de su Casa; ni mucho menos desatando una guerra.
Ella ganaría este Juego de Tronos con sus mejores armas, la mente y la imnegociable seducción de una mujer. Al fin y al cabo, nadie con verga se podría resistir a ello y todos allí sabían que el arma más poderosa de cualquier monarca era la mente.
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¡HOLA A TODOS MIS LECTORES DE PONIENTE! Acabo de ver todas las visualizaciones y no me esperaba que fueran tantas. Muchas gracias por vuestro apoyo.
¿Qué os ha parecido este capitulo? ¿Creeís que Robb será bien recibido por el Señor del Oeste? ¿Os va gustando la historia? Comentadmelo, me gustaría leeros.
Ahora si me despido hasta el próximo capítulo.
Disfrutadlo
Bye ;)
C.M

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HEREDERA DE LEONES
FanfictionOtra jugadora más da acto de presencia en el reino. La guerra entre las Casas más poderosas es inminente. Lannister contra Stark en un mortífero Juego de Tronos con la participación de otras Casas nobles que harán mella en ambos: Las traiciones, los...