Chapter 4

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La noche cálida del principado hacía juego con el despejado cielo que dejaba a la vista cientos de estrellas. La elegante terraza del restaurante, con vista al puerto ofrecía el telón de fondo perfecto para una primera cita.

-No soy muy fan de los deportes o de las carreras en general, pero lo de hoy fue... ¡increíble!-exclamé con énfasis.

-Me alegra mucho.-sonreí.-Me esforcé de más porque sabría que estarías ahí. De hecho, tus canciones me pusieron de buen humor.

-Pues a mi me alegra más saber que el pop te gusta. Aunque tienes cara de ser fan de la música electrónica.-tomé un sorbo de vino.

-Si, me gusta bastante. Y tú también.-arqueó una ceja.

-Sueles ser bastante directo, ¿eh?-reí.

-Lo que ves es lo que hay. No me gustan los rodeos.-enunció orgulloso.-Soy el mismo en la pista y fuera de ella.

-Bien, debo admitir que los tulipanes me gustaron y la cena estaba increíble. El postre es exquisito.-dije señalando el plato vacío donde una vez hace poco existió un cheesecake.- Y tú me resultas bastante agradable.

-Entonces hice un buen trabajo.-sonrió acercando su copa a la mía.

-Digamos que sí. Pero hoy regresaré a mi hotel sola.-aseguré.

-No. Nada de eso. Yo te llevaré.-dijo serio.

-Y luego regresas a tu hotel.-guiñé un ojo.

-¿Perdí en la última vuelta?-bromeó haciendo un puchero.

-Ah, y tampoco beso en la primera cita. Así que no esperes mucho de mí.-encogí mis hombros sonriendo.

Me levanté de la mesa y me acerqué al balcón desde donde se podía ver el océano, apoyo mis manos en el pasamanos. Una suave brisa golpeó mi cara y cerré los ojos. Los mantengo cerrados y los abro al sentir la mano de Max encima de la mía.

Volteo mi mirada hacia su cara. Las luces del puerto se reflejaban en sus ojos y me di cuenta de que detrás de esa fachada de seguridad que rozaba la soberbia, se ocultaba un chico agradable.

-¿Qué buscas, Lily?-inquirió Max.

-¿Buscar?-pregunto confundida ante tal pregunta.

-¿Un amigo, un novio...?

-La verdad, no busco nada.-me sinceré con un poco de temor.-¿Y tú?

-Podríamos ser la compañía del otro.-me mira buscando aprobación.

Suspiro evaluando la posibilidad. El silencio se apodera del ambiente.

-Si pudieras cambiar algo de ti, ¿que cambiarías?-pregunto rompiendo el silencio.

-Vaya.-suspiró fuermente mientras desviaba su vista hacia el frente.-La forma en la que los demás me ven.-de mi cara escapa una expresión confundida.-Creo que ser el mejor y luchar por ello no tiene nada de malo.

-Entiendo.-susurré.-Yo creo que no tiene nada de malo, ¿sabes?

Regresó su vista hacia mi y sonrió. Max comenzó a acercarse y me acorraló entre el pasamanos, poniendo sus brazos a cada lado.

-Entiendo que no beses en la primera cita, pero ¿Qué hay de la segunda?-preguntó arqueando una ceja en modo interrogante.

-No hemos terminado la primera y ya piensas en la segunda.-largué una carcajada.-Si que eres veloz.

-Ven conmigo después de la carrera. Si gano, me das un beso.-retó.

-¿Y si no?-pregunto desafiante.

Miss Americana & The Heartbreak Prince [Charles Leclerc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora