Miss Americana & The Heartbreak Prince [Charles Leclerc]

Chapter 10

Maratón 1/2

-¿Lista?-preguntó Mia algo nerviosa.

-Lista.-asentí y continuamos nuestro trayecto.

Me sentía como si estuviera entrando en un cuento de hadas al ver en ambiente en el Museo Metropolitano de Arte. La entrada al evento era majestuosa; una alfombra roja desplegada como un camino de rosas, flanqueada por altos arbustos de flores y luces parpadeantes que creaban un aura de magia.

Los paparazzi se agolpaban a lo largo de la alfombra, sus flashes destellaban como estrellas en una noche estrellada. Me sentí abrumada desde que escuché vociferar mi nombre, pero Mia me dio una mirada tranquilizadora y me instó a avanzar, mientras sonreíamos y saludábamos a las cámaras con gracia.

Hicimos la parada obligatoria con Emma Chamberlain, quien parecía un hada pequeña. Después de elogiar nuestra vestimenta y llamarnos "friendship goals", seguimos nuestro camino entre el mar de gente sin antes recordar que Dior nos vestía a ambas, ya que siempre teníamos que mencionar al diseñador.

Una vez las camaras se quedaron atrás, entramos al salón donde la cena se llevaría a cabo. Las paredes estaban decoradas con paneles de cristal que reflejaban la luz de las candelas, creando destellos de magia por todas partes. La temática se hacía evidente: mesas adornadas con flores exóticas y centros de mesa que parecían sacados de un bosque encantado.

La MET nunca defraudaba. Y si una particularidad tenía, es que Anna Wintour se encargaba de "armar" las mesas. Es decir, que nunca estabas acompañado de tu amigo o pareja o tu plus-one. Te sentabas con 6-7 celebridades al azar para "expandir tu círculo". Mia se dirigió a su mesa y yo a la mía, donde un familiar rostro aguardaba por mí.

-¡Lily! Estás divina.-saludó Salma con un beso en la mejilla. Si, Salma Hayek.

-Tú eres una belleza, como siempre.-respondí sonriendo.-Gracias, es un gusto verte aquí.-dije tomando asiento.

Las conversaciones murmuraban como secretos compartidos entre los invitados, mientras nos deleitábamos con una cena de gourmet que era una obra maestra culinaria. Si me preguntan, por lo único que valía la pena venir.

La música en vivo añadía un toque de encanto adicional, creando una banda sonora perfecta para esta noche. Saco mi móvil y confirmo que Mia está en su mesa y que está bien.

Veo a mi alrededor y Lupita Nyongo y Jared Leto entablan una amena conversación. Idris Elba y Emili Ratajkowski están en sus móviles y Robert Downey Jr. se movía de mesa en mesa saludado. Todo parecía un sueño.

Minutos después de la cena, Anna dio su típico discurso de agradecimiento y habló sobre la importancia de mantener el Museo vivo. Luego, la música comenzó a sonar y la mayoría se levantó a mover sus cuerpos al ritmo de esta.

-Cariño, ¿no bailarás?-pregunta Salma al verme inmóvil en mi asiento.

-No, Salma.-respondí apenada.-Si te soy sincera, estoy contando las horas para que esto se acabe.-dije agobiada.

-Yo también, nena.-ambas reímos.-Yo quiero dormir, es la edad. ¿Pero tú?

-¿Edad?-ambas reímps.-Digamos que la persona con la que quiero estar, no está aquí.-sonreí amargamente.

-Lo entiendo.-asintió.

Suspiro mientras veo a todos bailar y siento que mi vida ya no es mi vida. Que ya no pertenezco aquí. Un sentimiento de nostalgia invade mi pecho, pero Mia lo interrumpe tomándome de la mano.

-Tienes que venir conmigo.-me jaló para que me pusiese de pie.

Tomo mis pertenencias y la sigo, creyendo primero que iremos a los baños. Sin embargo, salimos por una puerta que nos llevó a un gran pasillo, por donde íbamos esquivando las hordas de seguridad.