Chapter 12

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-Esto es genial.-dijo Mia analizando todos los detalles dentro del box de Ferrari.-Ya veo por qué te gusta tanto estar aquí. Y estas credenciales son lo mejor.-tomó entre sus manos el "all access" rojo.

La música inundaba el lugar, Nueva York oeste tenía su encanto callejero. Aún recuerdo pasar por aquí con mis amigos de la secundaria y verlos pintar algunos graffittis que, sorprendentemente, aún perduran en el fondo de muchos otros que pintaron encima.

-¡Lo sé!-grité por encima de la música. Kissing Lips de Carte Blanq retumbaba a todo dar.-Créeme que te va a encantar, Mimi. Más de lo que te encanta Carlos.-bromeé, ella rodó los ojos.

-Es hora del ritual pre carrera.-dijo Charles caminando hacia mi. Acto seguido, me clava un limpio beso en los labios.

-Oh, no sabía que teníamos un ritual.-sonreí juguetona.

-Claro que lo tenemos.-respondió acomodando un mechón de pelo detrás de mi oreja.-Deséame suerte, linda.

-Te quiero.-susurré pegando su frente contra la mía.-Buena suerte, Char.

Charles besó suavemente mi frente y se dirigió hacia su monoplaza. Mentiría si digo que no me ponía nerviosa, la adrenalina me contagiaba. Veo a Mia conversando con Carlos, las miradas y coqueteos van y vienen. Si mis ojos viesen un cielo, ellos serían fuegos artificiales.

Sonrío, porque encajan perfectamente. Como Charles y yo.

Salgo a tomar un poco de aire fresco y veo a Max, bebiendo de un popote y sentado en una grada. Le sonrío y ondeo mi mano en un saludo, pero él no corresponde en el momento. Segundos después, reacciona y ondea su mano de vuelta.

Habíamos intercambiado tan solo un par de mensajes después de venir a Nueva York. A este punto, ya debía saber que estaba con Charles. Siento un pequeño vacío en el corazón, de esos que sientes al ver lo que pudo haber sido y nunca fue. Estoy cien por ciento segura de que, a pesar de no ser mi tipo y si las cosas fuesen diferentes, Max y yo hubiésemos tenido algo. Pero, ¿me importaba de verdad o simplemente era anemoia?

Anemoia, nuestra mente es capaz de sentir una nostalgia por algo que nunca hemos vivido. Tenemos la capacidad de echar de menos un pasado en el que nunca hemos estado, o un futuro que alguna vez nos imaginamos. Retiro mi vista del rubio y regreso a mi lugar.

La carrera comenzó com Max en el primer lugar, Charles detrás en el segundo y Sergio, el compañero de Max en Red Bull, como tercero. Carlos no había tenido la mejor clasificación ayer, pues salía desde el sexto lugar.

La carrera estaba llegando a su punto álgido en la vuelta 23 de las 28 programadas. Charles había estado liderando la carrera desde la salida, pero la tensión estaba en aumento. Max, quien estaba detrás de Charles, lo estaba presionando al límite. En la curva 7, el holandés intentó un arriesgado adelantamiento por el interior, pero Charles se mantuvo firme en su posición, cerrando la puerta.

Sin embargo, en la siguiente curva, Max intentó nuevamente superar a Charles. Esta vez, estuvieron lado a lado, y en un emocionante enfrentamiento, Max logró adelantarse por un instante. En ese momento, sus ruedas se tocaron ligeramente, causando una chispa de faíscas y un susto en las gradas.

-No, no, no...-susurré sin apartar mis ojos de la pista. No podía dejar de ver y al mismo tiempo no quería verlo.

El miedo hace que mis manos comiencen a temblar. Innumerables veces ha venido a mi cabeza el pensamiento de Charles chocando, y cada que pasa, rezo para que no sea de esa manera. Me encuentro mordiéndome las uñas y hecha un manojo de nervios. Mia me estruja contra su pecho.

-No puede ser.-dijo Mia.-¡Si siguen así van a chocar!

Charles mantuvo la calma a pesar de la presión y evitó una colisión mayor, pero perdió la posición provisionalmente. Preferiría mil veces que quedase segundo a que no terminase la carrera. Suspiro aliviada cuando el peligro termina.

Miss Americana & The Heartbreak Prince [Charles Leclerc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora