Capítulo 3.

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La menor de los Gremory relató todo lo mejor que pudo, emocionada al hablar del pequeño azabache youkai quien le salvó y cuidó.

Su familia claramente se exaltaron al enterarse donde había terminado la pequeña pelirroja pues la montaña de flores y frutas no era un lugar de acceso fácil para todos, además se había vuelto sumamente peligroso al transcurrir las decadas y fue por ello mismo que se asombraron al enterarse de que un niño vivía allí solo.

El hermano mayor entrecerró sus ojos con seriedad mientras se acariciaba la barbilla tratando de atar cabos.

-Es un youkai que podría estar relacionado con el mismísimo Sung Wukong -mencionó de la nada llamando la atención de su familia.

-¡Sí! Podría ser que sí onii-sama, tenía muchos rasgos similares a él como su propio nombre -la pequeña asintió con ánimos.

Ella sabía de las leyendas de aquel que se volvió un Dios, aquel a quien se le dio el título de buda y hasta que su hermano lo mencionó pudo percatarse de aquellos detalles que lo unían a Goku.

-Pero por lo que tengo entendido solo tiene un pariente, Bikou, quien es conocido por hacer lo que se le de la gana y no parece estar muy interesado en algún objetivo que no sea su propio placer -agregó Venelana Gremory quien había escuchado los rumores sobre ese joven youkai quien se dice es bastante poderoso.

-Sung Wukong hace tiempo ha desaparecido, sería un gran descubrimiento otro descendiente suyo -habló el padre analítico.

-Esto es algo que sin duda ha llamado mi atención -Sirzches habló con una pequeña sonrisa mirando la alegría de su pequeña hermana- Además le estoy muy agradecido por haber ayudado tanto a mi pequeña hermana -dijo esbozando una pequeña sonrisa que animó a la pequeña.

-¡Eso quiere decir que...!

-Sí, Rias. Iremos a verlo lo antes posible cuando hayas descansado correctamente, quiero conocerlo personalmente -respondió ante la duda de su hermana- "Y claramente tengo que verificar si está relacionado o no con el Buda de las leyendas" -se dijo más serio.

Si eso fuera cierto, si existiera un ser así sería nada más que un tesoro en bruto que podría añadir a las fuerzas del infierno. Sería sumamente conveniente, además las cosas con con los angeles y caídos aún estaban tensas.

Podría reencarnarlo y probablemente volverlo una pieza para su hermana que sería de utilidad para ella y su bienestar, no era el único que pensaba aquello pues sus padres tenían una idea similar.

-¡Gracias onii-sama! -exclamó la pequeña saltando entre los brazos de su hermano- Tú quizás puedas convencerlo... -murmuró lo suficientemente alto como para que su familia pudiera oírla.

Antes de que el Maou pudiera decir otra cosa más la puerta fue abierta una vez más.

Una cabellera blanca se asomó mirando con serenidad la reunión, cierto brillo de alegría se apoderó en esos ajos avellanas al ver a su ama allí a salvo, aunque su expresión no tuvo algún cambio resaltante.

-Rias-sama -murmuró con tono mucho más infantil que la misma Gremory pero apagado casi opaco.

Una pequeña niña caminó hasta el grupo antes de que fuera rápidamente abrazada por la menor de los demonios de cabellos rojos.

-¡Koneko! -exclamó con alegría al ver a su pequeña torre quien aunque no correspondió el abrazo no la apartó pues sintió gusto- Me alegra tanto verte -habló la Gremory acariciando la cabecita de la niña.

"Hmh"

La niña conocida como Koneko simplemente asintió con su cabeza soltando nada más que un gemido.

Sueño carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora