Capítulo 7.

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Goku miraba a la joven recostada en su cama confuso, ya había tratado muchas de sus heridas con gasas y cremas naturales para que sanen más rápido.

Pero había algo raro, la veía fijamente y le recordaba a alguien, su olor también le parecía familiar, además tenía muchas preguntas.

La confusión de ese momento le estaba ayudando a olvidar todo lo acontecido el día de ayer con el Maou Lucifer y sus amigas.

¿Cómo se había lastimado la chica así?

¿Cómo llegó a la montaña de frutas y flores?

¿Cómo se llamaba?

¿Quién era?

¿Qué era?

¿Qué intenciones tenía?

No sabía nada de ella, pero decidió ayudarle pues ciertamente vio miedo en sus ojos, justo como Rias Gremory el día que la ayudó.

También de forma inconsciente buscaba remplazar sus sentimientos por otros y esta bella chica de hermosos cabellos negros apareció justo en ese momento, como si fuera un acto del destino.

Las horas pasaron rápidamente y en ese tiempo Goku no durmió al cuidar de la chica herida, incluso preparó unas cuantas cosas para cuando ella despierte. Ya era de madrugada y algunos quejidos alertaron al azabache.

-¿D... dónde estoy? -la somnolienta muchacha preguntó frotando sus ojos aunque notó algo.

Tenía vendas en su brazo y muchas de las partes de su cuerpo que estaban heridas. Rápidamente tomó asiento en la cama comenzando a analizar el lugar y lo vio.

Observó analíticamente al chico de curiosos pelos parados que la miraba fijamente mientras sostenía una bandeja de madera.

-Tu eres... -la chica instantáneamente se puso a la defensiva.

-¡Hola, soy Goku! -saludo animadamente esbozando una gran sonrisa asombrando a la azabache- ¿Están tus heridas bien? ¿te duele algo? -preguntó curioso mientras se acercaba aumentando los nervios de la muchacha.

-¿Fuiste tú quien trato mis heridas? -preguntó la chica logrando calmarse más al ver la actividad del chico, aunque algo no iba bien, algo no encajaba para ella.

Él niño desprendía cierto aroma peculiar.

-Así es, estabas muy lastimada y cansada, tu cuerpo incluso muestra que no comiste en mucho tiempo -explicó más serio- ¿Cómo fue que te pusite así? -preguntó con cierta preocupación causando una amarga expresión en la azabache que desvío su mirada con molestia.

-E...eso no es de tu incumbencia nya -murmuró la joven intentando ponerse de pie, pero fracaso por completo cuando sus piernas la traicionaron cayendo inevitablemente.

No tocó el suelo pues fue sostenida por uno de los cortos brazos del chico que la rodeó de la cintura.

-Oye, no deberías hacer eso -habló con preocupación.

La azabache se ruborizó levemente al sentir el tacto de él sobre ella, intentó agitarse.

-Te vas a lastimar más -habló con preocupación casi cayendo de entre de sus brazos.

-¡Su...sueltame! Me tengo que marchar de aquí nya -habló molesta, nerviosa y sonrojada.

Ya algo cansando Goku la cargó entre sus brazos.

-¡¿Pe...pero que haces enanito nya?! -preguntó alterada la muchacha pero lo único que Goku hizo fue ponerla sobre la cama con suavidad.

-Muchas de tus heridas se han cerrado por los remedios que les puse, pero otras aún pueden abrirse así que no hagas cosas así, por favor -pidió con amabilidad y preocupado el youkai.

Sueño carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora