Después de enjuagar su rostro con agua, Mikasa esperó de pie junto a la mesa. Se escuchaban pasos y mucho movimiento fuera de la tienda, pero decidió no salir. Lo mejor sería esperar a Jean y hablar con él...y definitivamente lo mejor sería estar a solas dentro de la tienda.
Esperó pacientemente yendo y viniendo dentro de la tienda. Unos minutos más tarde Jean entró. Mikasa lo miró con ojos amplios, dando un tiempo antes de saludar.
—Buenos días Jean—lo llamó
Él se limitó a mirarla y asentir con el rostro—Reiner vendrá por ti. Se te otorgará un caballo y deberás seguirnos. Si te cansas o te sientes mal uno de ellos podrá llevar las riendas de tu caballo, pero no podrás bajar. Habrá un descanso al mediodía para comer ¿Entendido?
Mikasa entrecerró los ojos y asintió despacio con el rostro, un poco aturdida con todas las instrucciones recibidas. Esperaba al menos verlo sonreir o darle los buenos días. Pero, parecía haber vuelto a ser sólo el soldado que la mantenía cautiva y daba órdenes.
Lo miró por unos segundos en silencio.
—Mikasa—la llamó de nuevo—¿Has entendido?
«No, no entiendo absolutamente nada» pensó ella, mientras replanteaba todo lo que había pensado decirle desde la noche anterior. Negó en silencio con la cabeza.
—¿Qué es lo que no entiendes?
«¿Cómo puede ser tan indiferente? ¿Cómo pretende que nada ha pasado?» mil preguntas rondaban la cabeza de Mikasa.
—Yo...—apenas logró balbucear. Pero Jean la interrumpió de inmediato.
—Lo que pasó anoche, fue un error para ambos. No volverá a pasar.
Mikasa tragó saliva conteniendo con fuerza la extraña sensación de desesperación que la invadía. Se mantuvo erguida y totalmente quieta mientras Jean salía de la tienda.
Todo había sido un error.
Unos minutos más tarde, todo se ejecutó tal y como Jean lo había indicado, Reiner llegó y le entregó las riendas de su caballo y Mikasa subió en él para empezar a seguirlo. En tan sólo minutos la tienda había sido desecha y cada tela retirada y enrollada para su transporte.
Mikasa observó con admiración la organización con la que el campamento había sido levantado. Sólo quedaban bultos y atados en el suelo, las carretas estaban cargadas y todos esperaban listos para partir con la orden de Jean.
Reiner empezó a avanzar y Mikasa lo siguió. Todos avanzaron a su alrededor.
Al principio Mikasa reconoció un poco del bosque, pero al cabo de unos minutos no tenía idea de dónde se encontraba. Trató de pensar y buscar el sentido en el que iban ¿Norte, sur? Intentó recordar su alrededor, memorizar alguna característica específica.
Intentó razonar, pensar lógicamente mientras avanzaban. Pero en lugar de eso...se encontró a sí misma buscando a Jean Kirschtein. Giraba el rostro discretamente a un costado y al otro y lo buscaba con la mirada.
Pudo avistarlo a lo lejos un par de veces. Jean cabalgaba con largas botas negras y una capa en el mismo color, cubriendo sus hombros y bajando hasta su cadera. Sujetaba las riendas con guantes de piel y miraba siempre al frente.
A Mikasa le pareció nunca haberlo visto antes, le parecía diferente...esta vez, le parecía más frío y amenazante que días atrás.
Poco a poco fue avanzando, cavilando en sus preguntas. Cuando al fin puso atención de nuevo, se dio cuenta que Reiner se estaba acercando a Jean. Pronto Mikasa estaba cabalgando justo detrás de Jean y se encontraba rodeada por Reiner, Connie y Floch.
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Confía en mi
FanfictionLas naciones de Hizuru, Marley y Eldia, conviven en paz después de años de guerra. Mikasa Ackerman, la heredera de Hizuru, es comprometida en matrimonio con el Barón de Eldia, Eren Yeager, pero un desafortunado evento desata la guerra de nuevo. Mi...