El médico se acercó a Kiyomi, sólo para confirmarle lo que Mikasa ya le había comentado.
Un mes. Mikasa tenía al menos un mes sin haber sangrado como lo hacían las mujeres con cada luna nueva. Sumado al nuevo y repentino malestar que sentía al percibir tan siquiera el aroma a la carne roja y el pollo.
Mikasa se mantuvo sentada en la cama mirando hacia la puerta de bambú que abría a un pequeño jardín zen en su habitación. Mientras escuchaba a Kiyomi solicitarle discreción al médico.
—Sabe bien que todo lo acontecido respecto a la salud de la princesa se irá conmigo a la tumba. Por favor llámeme de inmediato si aparece sangrado o continúan los mareos, enviaré algunos remedios pero es importante que beba sólo líquidos calientes y por el momento intenten sólo platillos con pescado y verduras.
El médico salió de la habitación y Mikasa inhaló profunda tratando de mantenerse tranquila, aunque por dentro la preocupación y la angustia empezaban a crecer.
—Mikasa...—Kiyomi se acercó a ella buscando entender y ayudarla en su situación. Se sentó a su lado en la cama—sé que esto debe ser muy difícil para ti, no he querido indagar más porque sé que has tenido suficiente dolor. Además dijiste que te trataron...bien...en ese lugar en Marley.
Sé que tal vez no quieras hablar de ello, pero, debo saber...debo saberlo, para ayudarte. ¿Quién es el padre? ¿Acaso fue ese hombre...el líder del ejército?
Mikasa cerró los ojos un segundo y exhaló despacio.
—Su nombre es Jean Kirschtein—permaneció viendo al frente, temiendo ver la reacción de Kiyomi.
—Jean. Así que ese es su nombre—Kiyomi exhaló mientras lograba mantener la compostura—Mikasa. Sé que debió ser terrible...no tienes que contarme nada más si no lo deseas...y tampoco tienes que tener al hijo de ese hombre.
—¿Qué?
—Sabes que los médicos de Hizuru son expertos en herbolaria y conocen una bebida que podría...detener, este embarazo.
—¿Detener?—la mente de Mikasa empezaba a dar mil vueltas. Trataba de poner atención mientras se preguntaba cómo podría encontrar o comunicarse con Jean. ¿Cuánto tiempo pasaría? ¿Qué iba a hacer mientras eso sucedía? ¿Cómo se lo diría Eren?
¿Dónde estaba Jean? ¡¿Cómo se lo haría saber?! ¡¿Cómo lo tomaría?!
—Los médicos pueden asistirte—continuó Kiyomi—cuidarán de ti en cada momento y yo estaré a tu lado. Nadie tiene por qué enterarse.
—¡No!—Mikasa se puso de pie y cruzó sus manos sobre su vientre de manera protectiva.
Kiyomi la miró extrañada. No comprendía su reacción—¿No?
—Obassan, por favor...escúchame. Sé que vas a pensar que estoy desquiciada, pero por favor, tienes que creerme...yo...
—Tranquila—Kiyomi la interrumpió al notar la desesperación en los ojos de Mikasa—no voy a juzgarte.
—No, no...escucha—Mikasa regresó a la cama y miró a Kiyomi de frente.— Jean...Jean sí es el líder de uno de los ejércitos de Marley, es Duque de Donan. Y también es la persona que me salvó de morir cuando huía.
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Confía en mi
Fiksi PenggemarLas naciones de Hizuru, Marley y Eldia, conviven en paz después de años de guerra. Mikasa Ackerman, la heredera de Hizuru, es comprometida en matrimonio con el Barón de Eldia, Eren Yeager, pero un desafortunado evento desata la guerra de nuevo. Mi...