Mikasa había corrido con todas sus fuerzas, le dolían las piernas, le dolía el vientre y la espalda, le dolía el pecho al tomar aire. Entre más se adentraba en el bosque, mayor era su cansancio. En la altura de la montaña el aire estaba gélido y era más difícil respirar.
No había tenido tiempo de llorar, o cuestionar el rumbo que tomaba, sólo debía seguir corriendo hasta estar fuera de peligro.
Y ahora, no lograba decidir si el hombre frente a ella también representaba un peligro o no.
"¡Ambos caeremos!" lo escuchaba gritar a lo lejos. Todos sus sentidos se encontraban enervados y entumecidos por la adrenalina y el frío.
Ambos colgaban al borde de aquel precipicio sobre el caudaloso río debajo de ellos. Él la sujetaba con fuerza por la espalda con una mano, mientras se sostenía de la rama del pequeño árbol junto a ellos.
Su pulso se encontraba acelerado. Mikasa miró los brillantes ojos ámbar que la veían con el ceño fruncido.
"¡No te haré daño!"
Mikasa tomó la navaja que traía oculta entre el cinturón de su vestido.
—¡Escúchame!—la ronca voz se escuchó más cercana—No te haré daño, sólo guarda esa navaja y te ayudaré a subir.
Mikasa sólo recordaba al último grupo de hombres que la había rodeado en el bosque, estuvo a punto de rendirse ante ellos, pero ese hombre había aparecido y se habían distraído peleando con él.
Corrió de nuevo, pero el bosque estaba oscuro y lleno de musgo, leña y piedras que lastimaban sus pies...cuando resbaló junto a ese acantilado, de pronto ese hombre había detenido su caída.
Si la quisiera muerta, simplemente la hubiera dejado caer ¿O no?
«¡No!» gritó en su cabeza.
Apenas hacía unos minutos esos hombres se habían ofrecido a ayudarla a llegar a Eldia, pero una vez aislados en el bosque, decidieron que primero harían con ella lo que quisieran y después la entregarían en Marley.
El hombre frente a ella era uno más como ellos. La única razón por la que no la había dejado morir, era porque seguro podría cobrar una recompensa más grande por entregarla viva.
Levantó la mano y acercó la filosa hoja al cuello del hombre que la sostenía y le enfrentó la mirada.
Sus ojos parecieron brillar y después oscurecerse.
—Baja esa navaja—le habló en una voz aún más tranquila—si no lo haces, tendré que dejarte caer
El cuerpo de Mikasa tembló, no estaba segura si era el frío o la idea de caer y morir...al fin.
Cerró los ojos y como una pesadilla nítida, pasaron frente a ella las imágenes de los guardias asesinados en los pasillos de su viejo hogar. La habitación desordenada de sus padres...el cuerpo de su madre bañado en sangre sobre la cama y el cuerpo de su padre en la estancia.
Estaba cansada y adolorida. Tal vez era tiempo de dejar de huir y al fin reencontrarse con ellos.
Apretó los ojos y gastó sus últimas energías en hablar—Suéltame...—logró susurrar.
Él la sintió temblar y entrecerró los ojos. La mujer que había necesitado ayuda momentos atrás, ahora empezaba a dejar una herida cortante en la piel de su cuello y al mismo tiempo, le pedía que la dejara morir.
![](https://img.wattpad.com/cover/346900688-288-k184236.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Confía en mi
FanficLas naciones de Hizuru, Marley y Eldia, conviven en paz después de años de guerra. Mikasa Ackerman, la heredera de Hizuru, es comprometida en matrimonio con el Barón de Eldia, Eren Yeager, pero un desafortunado evento desata la guerra de nuevo. Mi...