Cap 1 - Llegada

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- Busquen un compañero por favor, y no se separen - dijo el maestro antes de entrar al museo. Miguel y Ángel se miraron entre sí.

- ¿Tú y yo? - preguntó Miguel

- Obvio, no tienes más amigos - dijo Ángel con una risa. El maestro abrió la puerta al museo y todos los alumnos entraron. Los estudiantes se separaron y se fueron cada quien con su pareja a ver todo el museo, solo había que regresar a la 1 pm antes de que se fuera el camión.

Miguel jaló a Ángel hasta algunas máscaras africanas. - Mira, eres tú - dijo Ángel - ¿Te cogió un payaso o por qué tan chistoso? - respondió Miguel algo cansado.

Mientras seguían caminando, Miguel centró su atención en un bastón que estaba en la esquina de un cuarto del museo. - Oye, mira esto - Miguel se acercó y agarró el bastón, luego se lo trajo con Ángel - Esta chistoso - dijo Miguel mientras se reía.

- Mira, otro igual, pero esta un poco más chiquito - Ángel tomó el otro bastón, ambos se rieron y se los llevaron consigo mientras seguían caminando.

Después de un rato, ambos llegaron hasta una sección en donde había múltiples pedazos de piedra grandes con dibujos diferentes, leones, cebras, rocas, etc. una pintura en especial les llamó la atención, eran 5 animales juntos, más específicamente: un león, un tejón melero, un hipopótamo, una garza y un chita.

- Esa pintura no tiene sentido, no hay forma de que esos 5 animales convivan juntos - dijo Ángel mientras observaba la pintura.

- Si señor pintor con doctorado en pinturas rupestres, ¿que vas a saber tú que significa la pintura? - dijo Miguel mientras le daba un leve empujón.

Ambos caminaron hasta que llegaron a otra pintura, era un paisaje, mucho pasto, flora, y de fondo había una gran roca con forma extraña que tenía un pico en un extremo.

- Esta si les quedo chida - dijo Miguel - Pero esta roca está curiosa - Miguel pegó el bastón a la pintura apuntando a la roca.

- Si tienes razón, se ve como una cueva así bien grande -

- ¿Una que perdón? - preguntó Miguel con una sonrisa burlona, luego Ángel le dio un golpe.

- Sin albur pendejo - dijo Ángel - Pero si es una roca curiosa -

En el momento que ambos bastones tocaron la pintura en la piedra, esta comenzó a brillar de una forma cegadora, ambos se cubrieron los ojos mientras la luz se hacía más brillante. Para cuando la luz se desvaneció, ellos dos ya no estaban, solo quedaban ambos bastones en el suelo.
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Miguel comenzó a despertar lentamente, frotó sus ojos y se acomodó en posición fetal, cuando finalmente se despertó, vio a Ángel acostado a su lado, Miguel se sentó confundido, cuando volteó a su alrededor, se comenzó a poner nervioso al ver que no estaban en el museo, si no en unas praderas.

- A-Ángel...Ángel - decía Miguel mientras movía a su amigo. Ángel comenzó a despertar poco a poco, la luz del sol le molestaba.

- ¿Que quieres Miguel? Deja de molestar -

- Ángel esto es serio, no se donde estamos -

Ángel se sentó, miró a Miguel y luego alrededor, Miguel vio como la cara de su amigo cambiaba de una fastidiada a una confundida y asustada.

- Que carajo, ¿que es esto? - Ángel se levantó mientras veía mejor el panorama.

- No lo sé, no recuerdo nada - Miguel también se levantó, solo para recibir un golpe en la cabeza de parte de Ángel.

- ¿Tú debes de haber echo algo, verdad pendejo? -

- ¡Que no! ¡Yo tampoco se en donde estamos! - dijo Miguel mientras se sobaba la cabeza.

- No me jodas, wey nos van a poner un cero por que no estuvimos en la actividad - Ángel agitaba a Miguel de los hombros.

- ¿Enserio eso es lo que más te preocupa ahora? Me estas jodiendo - Miguel dijo mientras rodeaba los ojos.

- ¿Traes tu celular? - preguntó Ángel, ambos metieron su mano en su bolsillo y sacaron su teléfono, Miguel fue el primero en hablar.

- Está muy raro, solo me dice la hora, no la fecha, y además tengo solo 30% -

- El mío esta igual, solo que mi celular tiene 24%, y tampoco tiene señal -

- Ni el mío, ¿que vamos a hacer, Ángel? Dudo mucho que vayamos a sobrevivir en la chingada jungla -

- De echo son unas praderas, pero si veo tu punto, y...la verdad no se - dijo Ángel.

- ...¿hay animales? -

- ¡Como no va a haber animales pendejo! - Ángel le dio otro zape.

- ¡Ay! ¡No se por qué te sorprendes, sabes que a mi nunca me fue bien en geografía ni biología en secundaria! -

Miguel se dio la vuelta y cruzó sus brazos, antes de que Ángel se pudiera disculpar, Miguel notó algo raro y le hablo.

- Oye Ángel, ¿esa roca no se parece a la que vimos en el museo? - preguntó Miguel apuntando a la roca del rey...bueno, aún no saben qué es la roca del rey.

- Oye...oye tienes razón ¡que mierda! - Ángel se acercó un poco para mirarla un poco más cerca aunque como quiera estuviese lejos.

- ¿Y si viajamos al pasado? - preguntó Miguel con una sonrisa - ¡Eso estaría a toda madre cabrón! -

- Odio decirlo, pero déjame decirte que tu idea no está tan fumada como suena -

- Gracias - Miguel sonrió. - Pero, todavía no sabemos cómo vamos a poder quedarnos aquí, ¿crees que tengamos que caminar a ver si encontramos a alguien?

- Pues claro que si, tenemos que revisar si hay alguien que nos pueda ayudar - dijo Ángel.

- Si, si tienes razón, será mejor que nos apuremos, se que el cielo apenas se ve de mañana, pero tenemos mucho por caminar -

Miguel volteó a ver a Ángel, el se veía algo nervioso mientras seguía viendo la roca extraña, Miguel se acercó y puso su mano en el hombro de Ángel.

- No vamos a morir aquí, ¿okay? - Ángel le sonrió y también pudo una mano en su hombro.

- Claro, lo siento, solo me da nervios, pero tienes razón, tenemos que ir de una vez para recorrer lo más posible -

Ambos comenzaron a caminar juntos mientras bajaban la pequeña colina en la que estaban. No estaban listos ni físicamente ni mentalmente para quedar atrapados en unas praderas, pero sabían que se iban a apoyar, y que con suerte, todo su viaje iba a salir bien.

Atrapados en las Praderas - Guardia del LeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora