Cap 17 - En Marcha

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El trío seguía caminando, mientras más se acercaban, se veía en el cielo que estaba por atardecer, pues ya estaba cambiando de azul a naranja.

— Entonces, Nayeli, cuando llegaste, ¿en qué parte estabas? — preguntó Miguel.

— No sé wey, había pasto, y árboles, ¿qué más quieres que te diga? —dijo Nayeli encogiéndose de hombros.

— Eso no ayuda, ¿no puedes ser más específica? — preguntó Ángel.

— Ay claro, cómo si ustedes supieran todos los lugares de aquí — dijo rodando los ojos.

— Pues no todo, pero después de unos meses ya te aprendes algunas cosas — dijo Miguel.

Nayeli paró en seco y los volteó a ver alzando una ceja — ¿Cómo? ¿Dices que llevan aquí meses? —

— Algo así, la verdad no he contado los días, pero si ha pasado bastante — dijo Ángel — ¿Y como estaba todo allá? Antes de que llegaras claro —

— Pues todo sigue igual, creo que allá han estado perdidos como por solo 45 minutos —

— ¿¡Solamente eso!? — Miguel abrió los ojos sorprendido.

— Hah, creo que el tiempo va muy desfasado en los lugares — dijo Ángel encogiéndose de hombros.

Luego de un rato de estar caminando, finalmente llegaron a la roca del rey, justo en eso iba saliendo Simba, quien los vio sorprendido al ver a otro humano más.

— Vaya chicos, no sabía que había alguien más — dijo Simba — ¿Cómo te llamas? —

— Nayeli, un gusto...creo —

— Actúas bastante calmada al ver animales que hablan, nosotros la primera vez gritamos... — dijo Ángel rascándose la nuca.

Nayeli rodó los ojos — Bueno, ese león no es el primer animal parlante que me topo, y para su información, no grite cuando vi al primero, que maricas son ustedes —

— ¡Ey! Más respeto por favor — dijo Miguel apuntándole con un dedo, luego se volteó de nuevo con Simba — Emm, ¿está la guardia del león? Queremos que les hagan unas preguntas a ella, solo para ver que todo está bien —

— Por desgracia casi se acaban de ir, fueron a hacer el último patrullaje del día —

— Les dije que se habían tardado mucho hablando cuando estábamos allá — dijo Nayeli cruzándose de brazos.

Justo en eso, de repente apareció un mono al lado de Simba, se acercó y vio a Nayeli de arriba a abajo, la chica solo se quedó viéndolo confundido.

El mono se tocó la barbilla y luego asintió sonriendo — Tu vendrás conmigo a mi árbol, veré que todo esté en orden y luego puedes regresar con ellos —

— Ah, genial, seré secuestrada, que divertido, pues bueno, si no tengo otra opción —

— Vamos contigo, pero solo vamos a esperar abajo del árbol — dijo Ángel.

Rafiki los guió hasta su árbol, Ángel y Miguel se quedaron ahí abajo hablando, mientras tanto Nayeli tuvo que subir con Rafiki. Cuando llegó hasta arriba, se quedó ahí parada mientras veía alrededor.

— ¿Enserio vives aquí? — preguntó sorprendida.

Rafiki soltó una pequeña risa mientras asentía — Pues claro, ¿qué no es agradable? —

— Pues supongo que sí, es como la casa del árbol que nunca tuve — dijo sonriendo.

— ¿Casa del árbol? Ustedes los humanos si que son raros — Rafiki se sentó justo enfrente de unas pinturas, se sentó en posición para meditar, acomodó sus manos y cerró los ojos — ¿Y cómo llegaste aquí? —

Atrapados en las Praderas - Guardia del LeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora