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SRA. ZABINI.
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Draco no era especialmente alguien enamoradizo, pero nunca le había costado encontrar a alguien para salir, y que las relaciones prosperaran, se había casado varías veces, cuatro para ser exactos, había amado a cada uno de sus maridos y a su única mujer, y es que nunca se había divorciado realmente, no, todas sus parejas habían dejado ese plano terrenal en extrañas circunstancias.

Astoria había sido la primera y la única mujer, se habían conocido terminado Hogwarts gracias a una fiesta de su hermana Daphne, ella misma los había presentado y tras una larga noche donde bailaron y hablaron sin parar decidieron seguirse viendo, un año más tarde Draco se arrodillaría frente a la mujer bajo el deseo de forma una familia, pero la desgracia tocaría su puerta dos meses después de la feliz ceremonia, fue en un asalto, a pesar de que la chica entregó todas sus pertenencias el asaltante de todas formas decidió matarla en mitad de la calle, ese mago o bruja nunca fue encontrado y Astoria nunca tuvo justicia.
Draco había entrado en una larga depresión tras su muerte, salía poco de casa, la única persona que lo visitaba era Theodore, diario llegaba a su casa con comida u otras cosas que podría necesitar, no supo en qué momento fue que surgió el amor con ese chico que había sido uno de sus mejores amigos en Hogwarts, pero sucedió.

Así que Theodore Nott fue su primer marido, pero segundo matrimonio, su relación había llegado a los casi tres años cuando Theo le propuso matrimonio, Draco había dudo mucho sobre la relación de ambos, pero Astoria había fallecido hace ya casi cinco años y Daphne le había repetido innumerable veces que siguiera con su vida, pues Astoria no volvería y no querría que él se quedara solo por el resto de sus días solo por darle luto, así que Draco aceptó casarse nuevamente, era feliz con Theo, su matrimonio duró tres meses antes de que Theo falleciera trágicamente, el hombre había ido al ministerio por un asunto familiar cuando una ventana del cuarto piso le cayó encima matándolo al instante. Esa vez Draco no salió de la cama por nada del mundo, no solo había perdido a su mejor amigo si no al que creyó el amor de su vida, ni siquiera había podido ver su cuerpo despedazado por los vidrios, Pansy había tenido que reconocer el cuerpo y encargarse de todo, fuera de eso, Skeeter, había estado escribiendo sobre lo sospechoso que era casarse con Draco, pues ya habían muerto dos de sus parejas tras el matrimonio, por esas fechas rondó por primera vez el nombre de la madre de su amigo, quien también tenía fama de matar a sus maridos, pero Draco no los mataba, solo eran terribles accidentes.

Le costó demasiado abrirse de nuevo al mundo tras la pérdida de Theo, a pesar de los intentos de Pansy de animarlo, Draco sentía que su mundo había terminado, que tener una historia de amor o una familia no estaba en su destino, pero llego Roger Davies, el chico había ido a Ravenclaw y era un par de años mayor, lo recordaba por haber ido al baile con Fleur, pero realmente nunca habían hablado y no se conocían, sé lo encontró una tarde que había ido a una librería muggle a por un nuevo libro, habían pasado tres años desde que Theo se fue, y todavía no estaba interesado en volver a salir con alguien de nuevo, pero Roger había entrado a la fuerza y con total libertad, el chico se había acercado solo a hablarle en la libreria solo para decirle que el final del libro era totalmente decepcionante y si quería algo más interesante le recomendaba el libro de al lado, a Draco le había parecido fastidioso, pero cuando lo miro y este le sonrió amablemente no pudo evitar caer en esos encantos.

Así fue que a sus 29 años casi pisando los 30, se casó con Roger Davies, ambos amaban ir al mundo Muggle para descubrir cosas nuevas o ampliar su visión al respecto del mundo mágico, por lo que no era raro que pasaran más tiempo en el Muggle que en el mágico, pero la trágica de todas formas tocó su puerta seis meses después del matrimonio, Roger había sido atropellado por un Muggle una noche volvía de comprar unos dulces para la cena, nadie supo explicar qué había sucedido, ya que el hombre que lo había atropellado juraba que no lo había visto y el solo apretó el acelerador porque algo le dijo que lo hiciera, aun cuando eso rebasaba el límite de velocidad en esas calles.

Mini Fics | Drarry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora