veintitrés

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desde muy temprano, spreen había empezado a planificar lo que quería hacer.

no podía engañarse a sí mismo, estaba tan nervioso que no podía ni comer. la respuesta de juan no era lo que lo tenía de esa forma, sino que era el miedo de que algo fallara y que al final, a juan no le gustara.

quizás se estaba sobre exigiendo, en diferentes ocasiones, juan le dejó en claro que cualquier detalle de su parte lo hacía muy feliz, sin embargo, tenía temor de que no fuera suficiente.

-quiero vomitar.

-ew, aléjate entonces- hizo una mueca de asco y empujó al azabache hacia el otro lado de la habitación.

-gracias por el apoyo- le sonrió con sarcasmo.

ari sonrió inocente, encogiéndose de hombros.

-le llamaré a juan, ¿ya tienes todo?

-si, ya, solo falta que juan llegue a la biblioteca sin sospechar nada, así que no lo arruines- la miró con seriedad.

-¿perdona?- dijo indignada, poniendo una mano sobre su pecho con un gesto exagerado -tú tranquilo, no le estás pidiendo matrimonio.

-es casi como eso.

-te compadezco, pedir matrimonio será mucho peor, juan siempre sueña en grande.

spreen simplemente rió, tratando de relajarse porque si seguía nervioso, muy probablemente él terminaría por arruinar su confesión.

-ya, solo dile a juan que vaya a la biblioteca.

ari asintió y sacó su celular, teniendo ya en mente la excusa perfecta para que su mejor amigo llegara.

juanito 💗

juan

juan

juan

juan

que

ya ni leer me dejas

deja de quejarte

que quieres?

ven a la biblioteca

spreen está cometiendo delitos

y ahora por qué?

que haces ahí de todas formas? hoy está cerrado!

ya sabes es hombre...y no preguntes

mira nomás lo que hace

mira nomás lo que hace

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