la librería ★ spruan

epílogo

juan bajó las escaleras de su casa con mucha rapidez mientras en sus manos sostenía algunas cajas de regalo, los dejó en un mueble para dirigirse hacia la sala, rebuscando con mucha impaciencia un listón rojo dentro de las gavetas de su madre en donde tenía de diferentes colores.

-¡mamá!- gritó, sacando los listones uno a uno.

-¿qué pasó?- Xena apareció desde la cocina, limpiando sus manos en una toalla limpia. Abrió los ojos en sorpresa al encontrarse con el desorden alrededor de su hijo -¿¡por qué tanto desorden, juan!?

-no encuentro un listón rojo- hizo un puchero, viéndola con ojos brillantes por la decepción -no hay ninguno aquí.

-usa de otro color, ahí hay muchos.

-no, no, no- negó con la cabeza varias veces -quiero el rojo, a spreen le gusta el rojo, el regalo de él debe llevar ese listón.

Xena suspiró, cruzándose de brazos por el pequeño berrinche de su hijo.

-¿ya buscaste en mi habitación? en la caja que está sobre mi armario.

-¡tienes razón!- cambió su expresión a una más animada, corriendo escaleras arriba.

juan se puso de puntas para alcanzar la caja sobre el armario, y cuando por fin la tuvo en sus manos, buscó con más calma dentro de ésta, encontrándose con más listones hasta que por fin, encontró uno del color que quería. sonrió ampliamente por la emoción, guardando todo de nuevo en su lugar para bajar otra vez a la sala en donde había dejado el regalo.

-¡lo encontré, mamá!- exclamó, pegando el moño recién hecho sobre la caja color verde brillante -mira, se ve muy bonito, ¿verdad?

Xena asintió mientras soltaba una corta risa, regresando a la cocina en donde había dejado todo a medias.

juan se despidió de su madre cuando ari pasó a su casa algunos minutos después, ella prometiéndole verlo más tarde en casa de spreen junto a su padre.

-¿en serio llevas regalo para todos?- preguntó ari cuando se encontró con el castaño afuera de la casa -que pena, yo solo llevo dos.

-que tonta- rodó los ojos -es navidad, abichu, ¿cómo puedes llevar solo dos regalos?- negó con la cabeza, acomodando mejor su mochila en su hombro.

ari se detuvo frente al menor y arreglo su gorro, cubriendo casi todas su frente, dejando a la vista solo unos cuantos mechones de cabello, también acomodó su bufanda, subiéndola hasta la nariz, dejando al descubierto únicamente sus ojos, cubriéndolo del frío de la época. juan le agradeció cortamente, y tras unos segundos, empezaron a caminar hacia la casa de spreen bajo los pequeños copos de nieve que seguían cayendo. las aceras estaban cubiertas de una leve capa de nieve al igual que los árboles, dándole un aspecto navideño al pequeño pueblo.

cuando estuvieron cerca de su destino, se detuvieron unos minutos, ambos viéndose con complicidad.

-¿trajiste el muérdago?- preguntó la rubia.

-claro que si, toma- le extendió la pequeña planta -yo tengo el mío también.

-somos unos tramposos.

juan rió bajito. sabía que podía besar a spreen cada vez que quisiera, pero la excusa del muérdago le parecía mucho mejor y más memorable para su primera navidad juntos. ari también accedió a esa cursi excusa con rivers, no pudo evitarlo cuando juan le dijo que eso iba a funcionar totalmente con la castaña.

-bueno, apresúrate ari- empujó levemente a su mejor amiga para que siguieran caminando, llegando por fin a la casa un par de minutos después.

juan tocó la puerta un par de veces, siendo atendido por rivers quién se veía muy tierna con un gorro de elfo en su cabeza. ari empujó a un lado a juan y abrazó a la chica, sonriéndole con mucho cariño.