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El aire se sentía pesado, todo confuso y frustrante, de tan solo recordar lo que había pasado. Ni siquiera tenía el derecho de quejarme o de poner alguna excusa tonta, yo dejé que eso pasara y soy un tonto por no resistirme.



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—No me toques —dije con nervios

—No tengas miedo, será divertido—

—Aléjate— se me había ocurrido la grandísima idea de escapar cuando fuera mi "turno" solo tendría que ser rápido.

—Si quieres puedo ser el primero —dije en un tono neutro, sin levantar sospechas.

—Me encanta tu entusiasmo, pero no creas que soy estúpido —dijo susurrando, ni siquiera había terminado de planear y ya me había salido mal. De repente todo quedó en silencio y pude intentar oír a mi alrededor.

Sentí algo tan raro e inquietante a la vez, ni siquiera me había dado cuenta de cuando me había bajado mi ropa interior.

Me quedé en un sumo shock al sentir lo frío de su lengua pasar con tranquilidad.

—¿Te gusta? — apenas pude escuchar, me empecé a sentir muy raro y acalorado.

Me empezó a faltar el aire al sentir como lo introducía en su boca. Sin querer salió un sonido muy escandaloso de mí. Fue inevitable soltar gemidos de manera tan obscena, se sentía tan asqueroso y bueno a la vez, la manera en que lo hacía.



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—SOY UN GRANDÍSIMO IMBECIL —me empecé a dar golpecitos al recordar tal escena.

Por alguna razón el espanta pájaros me había dejado en otro cuarto, dónde solo había una cama, un baño y una puerta con todo tipo de seguro puesto.

—¿Qué haces? —dice con mucha risa, como si a mí me causará algún tipo de emoción.

—Y ahora me ignoras— dijo con ese sonido irritante que salía de la máscara, no podía entender porque usaba una máscara, ¡Tan feo está!

—Recuerdo cuando gemías como una puta mientras pedías más—tan solo escuchar eso me entró una gran rabia y pues para mí fue inevitable intentar insultarlo.

—CALLATE GRANDÍSIMO PERVERTIDO CASTROSO, ¿QUE TANTO OCULTAS DEBAJO SE ESA ESTUPIDA MASCARILLA? ¿TU CASTROSIDA? —Dije levantando y encarándolo ya que gracias a lo que me había dejado hacer, él no me había esposado. Se quedó un rato sin decir nada y de repente me golpeó el rostro, no, otra vez no.

—TE ODIO, ERES UN ENFERMO—Dije sobando mi mejilla

—Cállate—

—NO ME DA LA GANA —y vino otro golpe

—DEJA DE GOLPEARME—

—Eres tan débil, tan frágil, tan inservible, tan tonto— dijo viendo se su mano

—Ah claro, y el señor espanta pájaros pervertido acosador es perfecto— dije con ironía.

—Respétame—

—NO SE ME DA LA GANA—

—¿Quieres que te ahorque—

—No —dije alejándome

—Tienes la oportunidad de huir, pero eres tan ingenuo, que ni eso se te ocurre —suspiré frustrado, el único ingenuo era el si creía que en mis pensamientos no había un "escapar"

And My eyes? [Minwon]Where stories live. Discover now