Olor a manada

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Sus alfas lo habían invitado a cenar.

Acababan de regresar de su viaje, por lo que Charles apreció que quisieran tener un momento romántico solo ellos tres, siempre priorizando a su omega sobre su propia comodidad.

Como tenía que ser.

Le pidió a Sergio que lo ayudara a arreglarse, fue un momento divertido para el mayor, desnudarse lentamente enfrente del mexicano mientras este lo miraba con ojos hambrientos y mejillas rojas, se probó mil outfits y aunque se miraba hermoso con todos ninguno lo convencía lo suficiente.

"Ese vestido vaquero se te mira muy bien, por que no te pones ese?" Pregunto confundido Sergio cuando lo miro quitarse el vestido azul de mezclilla, era un vestido que le quedaba pegadito y corto, resaltando su hermoso cuerpo, haciendo que sus pechos se miraran hermosos y mostrando sus largas piernas, Sergio no pudo evitar pensar un par de cosas.

"Ponte el vestido vaquero, ponte el vestido vaquero, ya pero es que me voy a poner este vestido que es súper sexy, voy a estar en el restaurante y hace un montón de tiempo que no veo a mis alfas y los voy a provocar a que me suban a una mesa, me quiten el vestido y me tomen sin piedad y encima luego la culpa será mía" explicó Charles como si fuera lo más obvio del mundo.

Sergio se carcajeo de lo ocurrente que era Charles, pero tenía que admitir que si el omega fuera su esposo y lo viera con ese vestidito el también lo tomaría sobre una mesa.


Charles terminó vistiendo un increíble vestido rojo entallado solo que mas largo, se miraba radiante, sin duda alguna el rojo era su color, dios, Sergio se sentía tan celoso de todos ellos, no sabía a quien envidiaba mas.


Los alfas y el omega pasaron una agradable velada juntos, dando un pequeño paseo por un impresionante jardín privado y comiendo allí mientras contemplaban la excepcional vista, habiendo contratado al chef personal de Charles para que cocinara para...

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Los alfas y el omega pasaron una agradable velada juntos, dando un pequeño paseo por un impresionante jardín privado y comiendo allí mientras contemplaban la excepcional vista, habiendo contratado al chef personal de Charles para que cocinara para ellos, era hermoso, los alfas realmente se habían esforzado que todo fuera perfecto, una mesa con velas y pétalos de rosa bajo la luz de la luna y un hermoso ramo buchón como de mil rosas rojas, lo que de alguna manera hizo que se enamorara de ellos nuevamente.

Su viaje fue un éxito, los alfa subyugaron a las personas que querían tomar una parte de su influencia en Rusia y sellaron nuevos contratos obteniendo una compensación monetaria. Estaban felices, se comportaban con orgullo y su aroma revelaba lo que esperaban de esta noche.

Predecible, pero emocionante al fin y al cabo.

"Sergio" dijo Max, en un momento de la noche.

"Sergio" repitió Charles, sonriendo levemente, bebiendo su vino.

El postre aún no había llegado, el omega se preguntó qué manjar le habían pedido. Miró a sus compañeros esperando que alguno de ellos continuara la conversación.

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