THE END

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Llegamos al final.

Era el día del segundo cumpleaños de Lance, ver al cachorro crecer tanto emocionaba Sergio mucho, ya podía hablar y caminar como cualquier niño de su edad, jugaba con Lando y le demostraba amor, compartiendo juguetes y frazadas.

Y a Lando le encaba actuar como un hermano mayor.

Una cosa que Sergio había olvidado en la neblina lavanda de su relación era que los Sainz-Verstappen-Leclerc's Pack eran miembros de la alta sociedad.

Por lo que estaba haciendo un esfuerzo ya que era una ocasión especial y el cumpleaños del cachorro era en realidad una celebración de adultos, llena de gente importante hablando, haciendo negocios, formando conexiones, bebiendo y divirtiéndose.
Le hablaron a Sergio de manera diferente, con el tipo de respeto que no estaba reservado para omegas como él.

Sin embargo, se estaba acostumbrando a recibirlo y a veces era codicioso y disfrutaba del privilegio recién descubierto, encantado porque sus compañeros de manada le hacían creer que merecía cosas buenas.

Había una conversación frente a él, pero Sergio no le prestaba la mínima atención, sus ojos buscaban a su cachorro y lo encontró, Lando estaba en los brazos de Carlos, encantando a los adultos que los rodeaban con sus mejillas llenas y sus lindos balbuceos.

"Veo que trata bien a sus empleados, Sr. Leclerc" comentó la mujer que hablaba con Charles. "Tu niñera tiene muchas libertades".

Sergio no tuvo que preguntarse a quién se refería. Se giró en estado de shock, incapaz de pronunciar una palabra, sus ojos se llenaron de lágrimas y Lance rápidamente se inquietó en sus brazos, oliendo su olor agrio.

"Fuera. Fuera" gritó Charles, más molesto de lo que Sergio lo había visto jamás, tenía las orejas rojas y hablaba muy rápido.

"¿Hay algún problema?" Max se acercó, tan grande e imponente, sintiendo el malestar de sus omegas.

La mujer palideció.

"Ella llamó niñera a Sergio" escupió Charles con veneno, completamente ofendido.

La expresión de Max era asesina y la agarró del brazo con fuerza, si le dolía no se atrevía a quejarse. "Parece haber un malentendido, Sergio es nuestro omega, vicepresidenta Piquet".

Ahora ella realmente perdió todo color y se inclinó repetidamente pero ya era demasiado tarde para eso.

"Lo siento mucho señor Leclerc. ¿Cómo pude ser tan descuidada? No volverá a suceder".

El alfa miró a su compañero, esperando un veredicto, Charles cruzó los brazos alrededor de su pecho, con los ojos llenos de desdén. "Vete, que ya no eres bienvenida en mis fiestas familiares".

Un guardaespaldas la escoltó fuera, derrotada y sabiendo que no debía discutir, la omega era una de las caras políticas más importantes del país y que una figura importante como ella pudiera ser expulsada por cometer un pequeño error era casi extraño.

El alfa tomó el rostro de Sergio, quien permaneció en silencio durante el intercambio, demasiado absorto en sus propios pensamientos autocríticos como para sentirse mal por ella.

"¿Estás bien, cariño?"

"Estoy bien, Max."

Max besó su mano con reverencia y frotó su cuello oliéndolo en público, demostrando el estatus que poseía Sergio. Un aroma alfa protector y potente que lo envolvía como un abrigo durante el invierno lo hacía sentir mejor y más apreciado.

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