Serendipity

Primer encuentro

Primer capitulo.

"Helmut nos debe otra vez, Max."

El alfa miró a Carlos y lo observó leer algunos documentos que contenían números y datos, con el ceño y los labios fruncidos, se miraba furioso con el beta.

Por lo general, dejaban que sus pandilleros de bajo rango se ocuparan de este tipo de problemas, pero Helmut marko era un pez gordo, con múltiples conexiones en el Senado y poder político, tendrían que hablar con él en persona.

"¿Cuánto dinero?" Preguntó Max.

"10 millones de euros y se apareció en la fiesta sabiendo esto. ¿Está tratando de burlarse de nosotros?" Preguntó Carlos, frunciendo el ceño. A su pareja no le gustaba que jugaran con él.

El alfa era directo, centrado y prefería cortar el paso a las personas que les debían dinero tan pronto como estaba claro que no pagarían pero había hecho una excepción, dándole al senador más tiempo para conseguir el dinero.

Claramente había sido un error.

"Él sabe que lo haremos desaparecer si se excede, no creo que sea suicida, debe tener otra razón" razonó Max.

Carlos rodó los ojos. "Tal vez. Reconozco que no es mucho, pero quiero mi maldito dinero de cualquier manera, así que será mejor que se explique antes de que apriete el gatillo".

Los alfas abandonaron la habitación privada y caminaron hacia el salón principal, vestidos con sus trajes de gala Chanel, Rolex en sus muñecas y sonrisas cordiales en sus rostros, nadie sospechaba que estaban a punto de intimidar –y posiblemente golpear– a un hombre hasta que les dijera por qué no les había pagado la considerable cantidad que les debía.

Max fue el primero en verlo entre el océano de gente, el beta se reía a carcajadas y conversaba con el hijo del Primer Ministro y no estaba solo.

El omega que lo acompañaba era bonito, Max lo notó de inmediato, cara de muñeca de porcelana enmarcada por rizos oscuros, labios color cereza bebiendo de una copa de champán, piel bronceada y resplandeciente, cuerpo toneado envuelto en un vestido que aunque se le miraba precioso tenía aspecto barato y era demasiado grande para él. Max nunca lo había visto antes.

El omega arrugó la nariz cuando bebió la bebida. Quizás no fuera champán.

"Carlos" llamó. "Mira a ese chico colgando del brazo de Helmut".

"¿Lo encontraste? ¿Por qué no dijiste-?" Carlos estaba confundido por la petición de Max, pero sus ojos terminaron encontrándolo, hubo momento de silencio. "No parece muy feliz", señaló su compañero.

El omega se miraba todo menos contento de estar ahí, había un ceño permanente dibujado en su rostro que solo cambiaba a una sonrisa falsa cuando alguien se refería a él o le prestaba atención.

Carlos silbó, "Nunca pensé que Helmut sería tan tacaño como para traer un omega vestido así, el pobre está prácticamente desnudo sin un accesorio en el cuello".

"Él no es amable con sus putas".

Ambos vieron al beta pasar a la siguiente conversación y agarrar con fuerza el brazo del omega, seguramente dejando un moreton.

"Maldito bastardo" murmuró Max. Los Omega deben ser tratados con sumo cuidado pero los alfas de clase alta tenían la peor educación. "¿Entretienes al omega mientras yo trato con él o quieres que estemos los dos allí?"

"Charles no estará feliz de verme con otro omega".

"Charles no estará feliz de verte de ninguna manera."