MAKOHARU MOOK~AFTER STORY

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Makoharu Mook~After Story~

Un mes había pasado desde que Haru volvió a su hogar con Makoto y su alegría volvía a ser la misma que cuando encontró al chico en su tina.
No acababa de creerse que Haru se las había arreglado para volver con él. Haru había tenido la oportunidad de regresar al mar pero no había sido así. Él regreso con Makoto.

¿Qué lo había hecho regresar?

Si, era cierto que Haru dijo que él no tenía familia, pero si Makoto fuera como Haru preferiría nadar en el gran océano con esa aleta a pasar sus días en la tina de una casa. O bueno... tal vez si la persona que le habría brindado hogar fuera Haru sin dudarlo regresaría.
Quería a Haru y no porque lo había salvado, sino que Haru era la primera persona que lo había hecho feliz, que, con el simple hecho de desayunar con él, su corazón latía más fuerte de lo normal.
Con el cual podía ser "Makoto" y no fingir a un Makoto relajado, despreocupado y sobre todo con madera de líder. Podía ser ese "Makoto" miedoso, ruidoso pero siempre Haru estaba con él.

Era un día soleado de Abril. El árbol de cerezo fuera de la casa de Makoto comenzaba a llenarse de flores.
Makoto salió de su habitación. Seguía adormilado y caminando sin abrir sus ojos llego al lugar donde un olor agradable se desprendía. Abrió sus ojos y logró ver a Haru con delantal. Vio la figura del más pequeño de espaldas, su visión borrosa no le dejaba ver que el tritón no llevaba nada más que su delantal. Makoto se sobresalto y lanzo un grito mientras que su cara se sonrojó hasta que sus orejas tenían el color de un tomate.
-¡WAH! ¡Haru!- talló sus ojos para poder ver el lindo y redondo trasero del chico.
Haru se sobresalto- ¿Qué sucede Makoto?- dijo despreocupado
-Te...- no dejaba de ver el trasero de su amigo- te... te he dicho que te pongas pantalón cuando no tienes aleta- desvió su mirada de Haru- o por lo menos ropa interior
-No me gusta. Se siente incómodo. Además ¿Qué tiene de malo?- pregunto Haru poniendo la mesa
-Eso es... ¡PORQUE ESTAS DESNUDO! No soy capaz de verte estando en esa situación. Me pone nervioso- esto último lo susurro.
-¿No capaz de verme? Es porque ¿No te gusta mi cuerpo?- Haru puso una cara de tristeza pues él cuando veía a Makoto mientras se bañaba se maravillaba con su cuerpo tan trabajado.
-¿Eh? ¡EH! No... no es eso Haru pero... es algo que no puedo explicarte- El silencio se hizo presente en la casa hasta que Makoto decidió preguntar algo que no dejaba de darle vueltas en la cabeza- ¿debería gustarme tu cuerpo?
Haru se quedo callado haciendo un puchero- Pensé que te gustaba pero veo que eso solo es cuando estoy con mi aleta. Tú... tú dijiste que te gustaba- Haru se sonrojo.
-Es cierto. Me gusta tu aleta pero no de la misma forma que tú cuerpo. Tu cuerpo más bien...
Justo en el momento que Makoto comenzaba a tener el valor para revelar sus más oscuros y pervertidos pensamientos la cacerola donde Haru cocinaba comenzó a desprender un olor a quemado.
-¡La comida!- Haru dio media vuelta y apago la estufa- Fue tú culpa Makoto, el estofado se quemó. ¡Y TODO PORQUE MI CUERPO NO TE GUSTA!
-Haru, ya te dije que me gusta pero no de la forma de la que me gusta tu aleta
-¿Entonces de qué forma? ¡Explícate!- las mejillas de Haru estaban llenas de sentimientos como vergüenza pero también impotencia por no comprender al bombero.
-Tks... es difícil de explicar. Ya llegará la hora que lo haga. Ahorita hay que desayunar.

Haru sirvió la comida y desayunaron envueltos en un silencio nada incómodo. Makoto era consciente de que Haru se molestaba al no poder entender sentimientos que los humanos sin entenderlos podían expresarlos. Haru necesitaba entenderlos para llevarlos a cabo y demostrarlos de la mejor manera.

-Terminé. Provecho- dijo Haru levantándose y evitando ver a Makoto- Iré a la tina, no me molestes.
-Pero... ¡Haru!
Solo se escuchó que azotó la puerta del baño.
-¡Ahh! Realmente se molesto. Pero era obvio que yo deseo meter...- pensó en las cosas más pervertidas que la mente humana pueda desarrollar. Pensó en su lengua saboreando los pezones del chico de ojos azules, su lengua pasando por cada rincón hasta encontrarse con el miembro de Haru que, erecto y goteando, le pedía a gritos ser puesto dentro de su boca- ¡Ahhhhhh! ¿Qué estoy pensando? Haru, tú eres el culpable.- Makoto dirigió sus ojos al reloj- ¡Oh es tarde!
Makoto tomó su equipo para un día normal de trabajo en la estación.
-¡Haru, vuelvo pronto! Ya sabes, si sales cierra la puerta bien.
No hubo respuesta y por el tiempo que le quedaba a Makoto de llegar al trabajo no pudo pasar al baño a reclamar que Haru le dijera por lo menos un "Nos vemos" o "Regresa pronto"

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