Abro los ojos, desde el primer instante soy conciente, tengo frío y mi cuerpo está pegajoso, por eso lloro, yo... Acabo de nacer hace tan solo unos minutos y abrir los ojos por primera vez me canso tanto que de inmediato me volví a dormir.
...
Nose cuanto tiempo habrá pasado, unos hombres llegaron a mi casa mientras yo estaba arrodillado en mi cuna, no sabía quiénes eran, pero estaban armados, esas personas, mataron a una pareja que se paro delante de mi cuna. No entiendo nada, no sé quiénes son estas personas, lo único que pude hacer fue llorar mientras el piso de la casa se llenaba de sangre y era cargado por los intrusos.
— No tiene ni un año de vida ¿Realmente crees que valga algo?— preguntaría uno de los asesinos agarrándome de una pierna y mirandome con una ceja alzada.
— Estás bromeando, hay un gran mercado para los bebés y niños pequeños, si lo subastamos nos darán una fortuna, mayor al dinero que nos debían esos dos jajaja— respondería en un tono sádico su compañero mientras limpiaba la sangre de su espada.
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Tarde unos 3 de años en comprender lo que pasó aquella vez, ese día, poco después de que nací, habían matado a mis padres, al parecer le debían dinero a alguien, los mataron y me vendieron como esclavo para recuperar el dinero que les debían.
Aunque se hablar ya, no se me permite hacerlo, tan solo 3 años tengo, tres años encerrado en una celda dentro de una cueva, dande solo una débil flama de una antorcha ilumina un poco del lugar. No puedo verlos bien, pero se que a mí alrededor hay más celdas, con más personas, hombres, mujeres, niñas y niños.
La celda de las niñas está frente a la mía, por las noches siempre alguno de los esclavistas viene a abusar de ellas. Es el único momento en el que agradezco que esa antorcha no sea lo suficientemente brillante para dejarme ver las demás celdas con claridad, aún así, los gritos llantos de las niñas son espantosos.
...
Estando en una cueva mi percepción del tiempo no era muy buena, pero creo que aún tenía 3 años cuando un día como cuálquier otro llegó un cliente junto a uno de los esclavistas, buscando un espécimen para llevarse a casa. Solo que este cliente no quería lo mismo que todos querían, no buscaba una niña o una mujer con quién pasar la noche, tampoco un hombre que trabaje en sus tierras. Este cliente era diferente.
— Un niño de entre 1 a 5 años, si, lo tengo justo por aquí, tiene suerte, este chico es muy obediente, el que menos me a causado problemas, no tiene heridas o cicatrices y está totalmente sano, aún así, no muchos vienen buscando un esclavo como el, así que se lo puedo dejar a buen precio.
Mientras el esclavistas intentaba negociar con el cliente, este me veía y yo lo miraba bien, un viejo de cabello largo y gris que traía puesta una túnica roja.
Nose que buscaba en mi, ni para que quería comprarme, pero ese día por primera vez salí de la cueva y ví la luz del sol después de tanto tiempo, era cálida y cegadora. A pesar de estar encadenado, me sentí más libre que en ningún momento de mi vida hasta ahora.
Viaje en una carreta junto a otros niños, todos esclavos vistiendo harapos, pasamos juntos tres días y tres noches en las que nos acurrucamos entre todos para no morir de frío.
Al llegar a nuestro destino el viejo de la túnica roja nos bajo de la carreta y nos desnudo usando magia de agua para de manera algo brusca bañarnos a todos. Una vez más marchamos al interior de una cueva, pero está era distinta, parecía que los túneles por los que caminábamos habían Sido tallados en la piedra, osea que esto era más una construcción que una cueva.
Una vez pasamos por laberinticos pasillos por los que cualquiera podría perderse, lo cuál creo que era la idea tras el diseño de estos túneles, que no se pudiera recordar dónde quedaba la salida. Pero yo la recordaba, recordaba cada segundo de mi vida desde el momento en que nací y por lo visto eso no era normal, yo tenía una ventaja sobre el resto. Entramos a una gran sala donde unos 25 niños más de edades desde los 3 hasta los 6 años, estaban encadenados al suelo uno frente a otro y al ver al viejo de túnica roja que venía con nosotros todos se pusieron de pie.
La libertad que hace pocos días habia sentido al salir de aquella jaula me habría durado muy poco, esto solo era otra etapa de mi cautiverio, esto solo era una cárcel diferente, una en la que por primera vez mi vida estaría en riesgo.
...
Una semana había pasado y ya podía entender como funcionaba este lugar, el viejo que nos compro se llamaba Caspian un viejo mago e investigador y nosotros solo éramos conejillos de india para su experimento. El viejo nos había enseñado sobre la existencia del mana y su manipulación desde muy temprana edad con la intención de que pudiéramos hacer magia.
Hasta ahora no suena tan mal, pero como ya dije, somos solo sujetos de prueba, al parecer para realizar magia se necesita recitar conjuros, pero el viejo loco de Caspian tenía la teoría de que si no nos enseñaba a recitar los conjuros, desarrollariamos la habilidad de hacer magia sin conjurar.
En un intento desesperado por acelerar su experimente, nos encadenó a todos al suelo uno frente a otro, obligandonos a intentar hacer una bola de fuego y dispararla al niño que estuviera frente a nosotros, de tal manera que el primer niño que logrará hacerlo sería el que saldría con vida de allí, además el viejo le prometió su libertad al que lo logrará. Algunos tontos, le creyeron, yo por mi parte decidí desconfiar pero actuaría para parecer ingenuo como los demás.
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Moshoku tensei - Crónicas de Esclavitud
FanfictionReencarnados, reyes, santos, emperadores y dioses son los seres más poderosos de este mundo, la aparición de uno de ellos en el campo de batalla significa devastación absoluta, casi nadie sobrevive a un encuentro con ellos, pero ¿Que pensarías? si t...