Infancia Part4 - Otra Vez

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Quitarnos la cadenas que nos mantenían prisioneros fue solo el primer paso, el segundo, había Sido revisar el cadaver de Caspian, quitándole un trozo de carne seca y una cantimplora que llevaba consigo. Comimos y bebimos para recuperar fuerzas antes de emprender el viaje para salir de aquí. Aunque tan solo fuéramos niños, rondando los 5 años de edad estábamos decididos a vivir en libertad.

Tal y como prometí guie al resto de niños  por el laberinto de pasillos subterráneos que llevaba hasta la entrada de esta cueva artificial, dónde había una cama, una mesa, un estante con libros y un horno de piedra, parecía este el lugar donde Caspian descansaba, pero sin mirarlo mucho todos nos aproximamos a la salida, dónde  la oscuridad de la noche solo era interrumpida por la tenue luz de luna.

— ¿A dónde iremos?— pregunto Alí en voz alta.

Tampoco supe que responderle, yo hasta ahora solo había visto el interior de cuevas, quería ser libre, pero no tenía idea de que hacer ahora con mi libertad. Para bien o para mal no tuve la oportunidad darle más vueltas a ese pensamiento, ya que de la nada un par de sujetos armados corrieron hacia nosotros a gran velocidad y me noquearon de una patada.

Al despertar, no lo podía creer, había vuelto a la maldita cueva y no, no me refiero al lugar donde nos tenía Caspian encadenados, había vuelto a mi celda, en dónde Caspian había venido a comprarme, mi cara se sentía muy inchada, era la primera vez que escapaba, por lo que jamás me habían golpeado tan fuerte antes, está sensación era una mierda.

— ¿¡Porque estoy denuevo aquí!?— grite sintiéndome realmente frustrado.

Para mí buena o mala suerte uno de los esclavistas que estaba de guardia hoy, me escucho y se acercó soltando una carcajada.

— Así que un par de años con el viejo hizo que te crecieran las pelotas pequeñín... Si yo también estaría molesto de volver a esa celda de porquería. Pero algunos solo tienen mala suerte, niño.

El esclavista respondió con tranquilidad y algo de indiferencia, no tenía la crueldad o irá de Caspian,para el esto no era personal, solo negocios.

...

Paso otro par de años en los que no fui comprado, pero hubieron otro tipo de actividades. Los esclavistas había vendido a las niñas y a las mujeres mientras estuve con Caspian, por lo que buscaron otra forma de entretenerse, haciendo un pequeño coliseo de esclavos, las peleas no eran a muerte, pero perder no era una buena idea, los perdedores salían muy lastimados, además el premio era una comida y bebida decente, cosas valiosas para un esclavo.

Siendo solo un niño al principio no participe en las peleas de esclavo contra esclavo, pero fui capaz de ver algunas mientras que había varias que eran solo salvajismo y desesperación de vez en cuando lograba ver combates interesantes con movimientos muy buenos, los cuales retuve en mi memoria hasta que mi turno de peliar llegó, mi oponente un niño un par de años mayor a mí me dió una paliza y me dió la espalda para celebrar la victoria, pero ese sería su mayor error ya que aprovecharía su distracción para copiar un movimiento que ví en la pelea de un esclavo adulto, salte sobre su espalda y le hice una llave apretando su cuello entre mis brazos hasta que se puso rojo y se desmayo. Ese fue uno de los pocos combates que gane, nadie más me dió la espalda en una pelea después de eso.

Alí también estaba allí, lo ví luchar en algunas ocasiones y no dude en animarlo, el me caía bien y no quería verlo lastimado, aún así también tuve que peliar con el unas veces, ambos lo dimos todo y nunca hubo rencores ganará quien ganará.

...

Ahora tenía 8 años y una vez más uno de los esclavistas vino por mi a la celda para llevarme fuera a lo que yo creí sería otro combate, sin embargo, al salir de la cueva un hombre moreno, calvo y con un bigote gris nos esperaba, tras de el había una carreta con un techo de tela y un caballo que tiraba de el.

— El será tu nuevo dueño niño, no le causes problemas.—  dijo el esclavista.

Fui empujado hacia el hombre quien de inmediato me quitaría los grilletes y las cadenas, dejando mi cuerpo libre.

— Mi nombre es Emir Kestis, desde hoy serás mi sirviente, niño.

Y con esas palabras la era de las cavernas y las cadenas terminaría, dando inicio sin saberlo a una muy diferente etapa de mi vida.

Moshoku tensei - Crónicas de Esclavitud Donde viven las historias. Descúbrelo ahora