Niñez Part2 - La Aldea De la Grieta

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Allí estaba, el potente sol del desierto hacia que mi piel morena ardiera, pero esa era la menor de mis preocupaciones, 3 perros del desierto, monstruos con apariencia perruno, ojos rojos, pelaje negro, largas garras y afilados colmillos me estaban rodeando, olfateandome y analizando mi persona, como intentando asegurarse de que yo fuese presa fácil antes de atacar y así fue, el primero se empezó a correr hacia mi y usando a mi manera una técnica del estilo del dios del norte le arroje un puñado de tierra a la cara cegandolo justo en el momento de su ataque y de inmediato le corte la garganta con una espada corta que tenía en mi otra mano, enfureciendo a los otros dos, los cuales atacarían al mismo tiempo, uno por mi derecha y otro por la izquierda, al de la izquierda lo dejaría atrapar mi brazo con su mandíbula haciendo que mi sangre salpicará por el suelo y en la cara del perro y que se secara inmediatamente por el infernal calor del desierto, mientras que el perro de mi derecha donde tenía mi daga, fue apuñalado en un ojo, atravesando su cabeza y matandolo.

Después de tironear bastante mi brazo desgarrando mi piel, y sacándome aún más sangre mientras me quejaba por el dolor, el perro me soltó e intento lanzarse sobre mi para morder mi cuello, pero antes de que siquiera pudiese volver a tocarme, Emir lo corto en dos con su espada curva que parecía inmensa en comparación con la daga que me había dado.

— Seguro que eso debió doler, niño jajajaja— me dijo Emir.

El viejo y un poco regordete hombre puso su mano sobre mi cabeza antes de vendar mi brazo, el estaba observando mi combate a una distancia segura como parte de mi entrenamiento.

— Lo lamento, amo Emir, tuvo que salvarme en el último momento, falle su prueba.

Emir sin darle mucha importancia a mis palabras comenzó a despellejar al animal, para poder separar su piel carne y huesos, cosa que yo imite, ayudándolo en su trabajo, todo esto serviría para venderlo en la aldea.

— Tranquilo muchacho, de esto se trataba el entrenamiento de hoy. Tú aprendes tan rápido que debía hacer que saborearas la derrota desde temprano, las personas hábiles casi siempre se vuelven arrogantes y esa arrogancia es la que los termina matando.

Envolvimos todas las partes útiles de los lobos y las metimos en nuestros bolsos, para empezar a caminar devuelta a la aldea, la cual estaba a solo un par de kilómetros.

— Además, realmente te fue mejor de lo que pensé, si hubiera dejado a cualquier otro niño a merced de tres perros del desierto seguro estaría muerto, pero tú venciste a dos y seguro también hubieras vencido al tercero, pero no quería arriesgarme a que salieras más herido y darle más problemas a Merry— Continuo hablando Emir mientras caminábamos.

Sobre Merry, ella era una Misionera del sagrado país de Millis que tenía la tarea de viajar enseñando las palabras de su iglesia, pero que se había quedado vivir en la aldea de la grieta desde hace 3 años. La aldea de la grieta era el lugar tranquilo dónde ahora vivía junto a Emir quien era la persona que fundó la aldea, el había encontrado esa grieta en el suelo desértico, la cual llevaba a una pequeña cueva que al fondo había un puzo de agua dulce, en este lugar fue donde emir decidió construir su hogar, con el tiempo e inesperadamente algunos viajeros perdidos se encontraron con Emir y la grieta y decidieron quedarse, con el pasar de un par de años sin darse cuenta ya tenían una pequeña aldea, con un par de cultivos, varias familias y casas hechas de piedra roja y arcilla.

— Vayamos con Merry primero, antes de vender las pieles y la carne de los perros, no quiero que tú herida empeore.

Dicho y hecho nos dirigimos a casa de Merry quien preocupada regaño a Emir por llevarme de Caceria y no tardo en en curar mi herida con magia de curación. Mientras lo hacía yo la veía fijamente, detallando tanto a ella como a su hechizo. Ella era una mujer rubia de otros azules con el cabello por los hombros casi siempre recogido en una cola de caballo solo dejando caer dos pequeños mechones por delante de sus orejas, por lo general era una mujer dulce pero con un carácter fuerte, en cuanto a su edad, ella no era tan vieja como Emir, pero tampoco era alguien joven, las otras mujeres que parecían tener su misma edad aquí en la aldea solían estar casadas y tener al menos un par de hijos ya.

— Ya está listo, Kenai ¿Te sientes bien?— pregunto Merry que aún después de curarme seguia preocupada.

— Si, me encuentro bien, lo agradezco, Lady Merry, seré más cuidadoso en mi siguiente casería.

Fue lo único que respondí, ya sabía que había alguien que sabía usar magia de curación en la aldea, pero está era la primera vez que yo la presenciaba con mis ojos. No me molestaba venir a ver a Merry, pero estaba seguro de que con un par de días de práctica yo también podría usar magia de curación.

Era evidente como como la aldea había prosperado en pocos años, a pesar de ser pequeña y estar alejada de todo, pues Emir me había dicho que lo más cercano a este lugar era la aldea de los Migurd seres de la raza demoníaca que parecen solo personas con cabello azul y aún así esa aldea está a un mes de viaje. Pero la Aldea de la grieta tenía algo que muchas otras no, un pozo de agua, una persona fuerte como Emir que pueda alejar a los monstruos y lo que es más importante, alguien capaz de curar con magia. Esos eran los cimientos de la aldea. Eso sin mencionar un par de buenos arqueros entre algunos hombres de la aldea.


Moshoku tensei - Crónicas de Esclavitud Donde viven las historias. Descúbrelo ahora