Moshoku tensei - Crónicas de Esclavitud

Infancia Part3 - Esclavo en Fuga

Meses pasaron desde entonces y Caspian no nos quitaba el ojo de encima, los niños que antes soltaban chispas de las manos ahora podían invocar una pequeña llama, lo que significaba que solo era cuestión de algunos días para que lograron realizar el hechizo "bola de fuego" sin decir palabra alguna. Caspian había tenido progreso con su experimento, los niños habian tenido progreso con la magia y yo no me había quedado atrás.

Más temprano que tarde el primer cojurador silencioso entre nosotros aparecio, uno de los niños que ya invocaba llamas hizo su primera bola de fuego, quemando vivo al niño que tenía enfrente, ella ganó. Una niña morena de ojos amarillos, logro usar magia sin conjurar y Caspian por primera vez en años sonrió. 5 niños quedamos en pie y la brutal muerte de uno hizo que el niño frente a mi se esforzará más en aprender a realizar la bola de fuego, pues el no planeaba morir quemado, el prefería ser un cazador antes que ser la presa y yo podía entenderlo, pero no me iba a quedar de brazos cruzados esperando la muerte.

En el momento que al fin el segundo mago silencioso apareció entre nosotros, el niño que estaba frente a mi invoco una bola de fuego en la palma de su mano y ya todos me daban por muerto, pero cuando intento dispararla está desapareció. Caspian y los demás creyeron que el niño aún no lo había logrado y que por eso la bola de fuego desapareció, pero yo sabía que ese no era el caso, pues el tercer mago silencioso nació y ese era yo. Así como Caspian teorizo que se podía usar magia sin conjurar yo saqué mi propia teoría en base a sus enseñanzas y me arriesgue al creer que no solo somos capaces de manipular nuestro propio mana sino también el de otros, interrupiendo hechizos ajenos y eso fue justo lo que hice con el niño frente a mi, manipule su mana para disipar la bola de fuego.

Creí que Caspian se daría cuenta y el combate entre el y yo empezaría, pero ese no fue el caso, lo que solo podía significar una cosa, Caspian no conocía el hechizo que use para interrumpir la bola de fuego, no tenía ni idea de que yo podía usar magia. Eso ahora me daba la ventaja, ventaja que use para practicar ese hechizo una y otra vez perfeccionandolo en una semana.

...

Ahora estaba listo, lo había planeado Miles de veces en mi cabeza era hora de salir de aquí. A pesar de ya haber tomado en cuenta toda posiblidad mis piernas aún temblaban ante la idea de enfrentarme a Caspian, pero no iba a detenerme, no podía acobardarme y renunciar a mi libertad.

Un día como cual quiero otro los encadenados seguimos intentando invocar una bola de fuego y dispararla hacia el niño de enfrente. Ahora solo éramos 4 pues la primera niña quien había logrado lanzar una bola de fuego, Caspian se la había llevado a quien sabe dónde hace algunos días. Deje que el día transcurriera con normalidad desapareciendo las bolas de fuego del niño que tenía enfrente para evitar morir y esperando a que Caspian pareciera tener algo de sueño, después de todo, el era un viejo y sus ojos solían cerrarse luego de varios horas de observarnos.

Apenas Caspian cerro los ojos me voltee a el invocando una bola de fuego por primera vez, la cual era del triple del tamaño que las que habían hecho los otros niños, lo cuál despertaría a Caspian por el exceso de luz, este no lo pensaría dos veces e intentria conjurar una llamarada, pero con mi otra mano interrumpi su hechizo haciendo desaparecer las llamas de Caspian y dispararía mi bola de fuego con una sonrisa, por un instante creí haberlo logrado, pero el viejo me esquivo e invoco una piedra.

— Endurecete con mi mana y vuela por los aires destrozando a mis enemigos ¡Cañón de piedra!— dijo el viejo conjurando un hechizo.

Esa roca iba a salir disparada y me aplastaría el cráneo, ese hubiera Sido mi fin, si en el último momento otra bola de fuego no hubiera impactado contra el rostro del anciano quemando sus ojos y haciendo que se desmayara por el dolor. El niño encadenado frente a mi me había salvado la vida. Todos los presentes habiamos pasado por un susto de muerte, por los que nos tomo algo de tiempo recuperar el aliento.

Algunos se tomaron un par de minutos para llorar, otros como yo y el niño de enfrente solo descansamos un poco, ya que habíamos estado usando mana desde que comenzó el día.

— Mi nombre, mi nombre ser...  "Alí"

Fue lo que dijo con dificultad el niño frente a mi, era un chico pelinegro con la cabeza rapada, solo pequeños puntos negros eran lo que lo salvaban de tener una calva. Era raro que después de tantos años de ver su rostro este fue el día que al fin nos conocimos.

— Yo... Yo no tengo un nombre, pero gracias por ayudarme.

Luego de ese pequeño intercambio de palabras que me hizo entender que yo era el único que sabía hablar de manera fluida aquí, ya que nunca nos permitían conversar.  Arrastramos el cuerpo de Caspian hacia nosotros y le quitamos las llaves para soltar nuestras cadenas, el viejo aún respiraba, así que temiendo que fuera tras nosotros, cada niño tomo una piedra y comenzamos a rematarlo, machacando su cabeza. Estoy seguro que a ninguno le remorderia la conciencia, después de todo, vimos a Caspian matar a más de una docena de niños con nuestros propios ojos.

Una vez muerto el viejo y con todos los niños libres de ataduras nos dispusimos a huir, Alí en un principio estaba preocupado porque creyó que sería imposible encontrar la salida, pero calme a todos diciéndoles que yo recordaba todo el camino y que los guiaría para huir de aquí.