Doce

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Cuando Ryusei le dijo que iba a llevarla a un lugar especial nunca le pasó por la cabeza que se refería a una reunión de pandilleros motociclistas.

La chica llevaba un vestido negro con olanes que se había comprado especialmente para su "cita". Pues creyó eso, que era una cita.

Se había escapado de casa con el, era tarde, y se sentía intimidada al estar rodeada de chicos tan grandes y fuertes. Se había pegado a su brazo y no lo había soltado desde entonces.
Muchos les hacían cumplidos de lo verdaderamente lindos que se veían juntos, y de lo linda que era la novia de el peli rosa.

Probablemente lo que más la había tomado por sorpresa era ver a Baji con un aspecto tan diferente al que normalmente solía ir a clases, y ni hablar de que Chifuyu era el vicepresidente de la pandilla.

—Siento no haberte avisado antes—dijo el chico mientras se rascaba la nuca.

—¿Que eres pandillero o que ibas a traerme aquí?—susurro.

—Ambas—

La chica solo negó con la cabeza y se aferró más a su brazo.

—No tienes que estar tan asustada, nadie va a lastimarte—hizo una pequeña pausa—Aunque tampoco me molesta que me abraces tan fuerte—le dijo para luego sonreírle de forma traviesa, pues quería molestarle.

—Idiota—dijo soltándole de golpe.

Este solo se echó a reír y luego le dio un beso en la frente.

—Después de esto te tengo una sorpresa—

La chica abrió los ojos grandes y Ryusei pudo notar cómo le brillaban.

Cuando la reunión terminó el chico la llevó a este lugar tan especial del que habían hablado, era una terraza en un edifico abandonado que quedaba cruzando la carretera de la playa

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Cuando la reunión terminó el chico la llevó a este lugar tan especial del que habían hablado, era una terraza en un edifico abandonado que quedaba cruzando la carretera de la playa.

El edificio estaba en mal estado pero la vista era hermosa.

Ryusei había decorado alrededor con luces de navidad. Había puesto una manta en el piso, donde había una pequeña canasta y había todo tipo de comida en el centro.

La chica sonrió feliz y se abalanzó sobre sus brazos, este correspondió mientras le dedicaba una sonrisa y le besaba la frente.

—¿Te gusta?—pregunto el chico.

—Es precioso—

—Ven, siéntate—le dijo guiándola a su lugar mientras le tomaba de la mano.

Ambos se sentaron en el piso y se quedaron mirándose uno fijamente al otro, mientras todavía se sostenían de las manos.

—Me pregunto si esto siempre va a ser así—dijo el pelirosa.

—¿A que te refieres?—dijo la chica confundida.

—Me refiero a que no quiero que esto termine nunca ¿sabes? Eres mi primer amor, y mi primera novia a decir verdad—dijo esto último apenado—Oye Hayashi—

—¿Si?—

—Casémonos cuando seamos mayores—

Teen Romance [Ryusei Satou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora