Los chicos estaban sentados en la azotea de la escuela mientras se tomaban de la mano, estaban compartiendo el almuerzo mientras hablaban de tonterías, cómo si preferirían ser una pasa, o una botella. Ambos reían a carcajadas ante sus respuestas.
Oficialmente estaban saliendo, y toda la escuela lo sabía, cosa que había hecho que Hayashi se ganará muchas malas miradas o que las chicas la ignoraran, pero eso no le importaba mucho. Pues era la primera vez que salía con un chico y eso no impediría que alguien le robara su felicidad.
—¿Vas a la librería hoy?—pregunto el chico cuando finalmente dejaron de reír.
—Si—
—¿Te acompaño? Me gustaría comprar el siguiente tomo del libro de la vez pasada—
—¿Te gustó?—pregunto la chica sorprendía.
—Claro—respondió Ryusei con una sonrisa—Aunque es asqueroso, me hizo vomitar—
—Lo suponía—
—Una cosa más—
—¿Si?—pregunto la chica atenta.
—Mamá quiere conocerte—
—¿Le hablaste de mi?—pregunto sorprendida.
—Si, ayer pasamos juntos un tiempo después de varios meses, y hablamos de ti, quiere que vengas a casa—
La chica palideció, estaba nerviosa ¿y si no le caía bien a su madre?
—Tranquilízate, no es la gran cosa—dijo el cómo si le estuviera leyendo la mente.
—¿Cuando?—
—Fin de semana—
—Bien, cocinaré algo rico—dijo con emocion.
—No hace falta, estará bien—le dijo a la chica con una sonrisa.
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Cuando la chica finalmente estuvo frente a la puerta tragó en seco y se sintió nerviosa, tocó un par de veces, y la recibió una mujer muy atractiva que asumió que era la madre de Satou, la mujer se abalanzó sobre sus brazos y le besó cada lado de las mejillas.
—Bienvenida—hablo la mujer—Satou me a hablado mucho de ti—
—Que tal—respondió Hayashi apenada encogiéndose de hombros.
—Puedes pasar—dijo haciéndose hacia un lado para que entre, la chica obedeció—¿Puedes ir a despertar a Satou? Esta en su habitación, terminaré de poner la mesa—
La chica solo asintió y se dirigió a la habitación del chico (o asumió que esa era) cuando entró se percató de que todo estaba extremadamente ordenado y limpio, inspeccionaba todo el lugar cautelosamente, hasta que sus ojos se posaron sobre su amado, quien dormía plácidamente.
Se acercó lentamente hacia el, y cuando bajo la guardia el chico la tomó por la cadera y la tiro junto a él en la cama, para subirse encima suyo y besarla. La chica permaneció inmóvil, pues estaba intentando procesar todo lo que había pasado en un par de segundos, y estaba asustada.
—Tu mamá—
—Mamá no entra aquí—la interrumpió volviendo a besarla.
La chica se apartó con un movimiento hábil y salió huyendo de la habitación. Cuando estuvo cerca de la puerta paró, totalmente sonrojada y le dijo al chico.
—La cena está lista—dijo para luego abandonar la habitación.