Teen Romance [Ryusei Satou]

Dieciocho

—¿Ya pensaste en que vas a estudiar cuando nos graduemos?—le preguntaba Hayashi a Ryusei.

—Todavía no—le respondió mientras ambos se mecían en los columpios.

Ambos habían vuelto de clases y habían decidido ir a jugar al parqué ya que no tenían nada mejor que hacer. El invierno pronto comenzaría y querían disfrutar de el poco tiempo que les quedará.

—¿Tú si?—le dijo Ryusei a la pelinegra.

—Sabes que pronto nos graduaremos ¿verdad?—

—Lo se—

—Se que esto no va a gustarte, pero puede ser posible que vaya de intercambio a estudiar a otra universidad—dijo esta con una enorme sonrisa.

—¿A donde?—preguntó el chico con emoción.

—Osaka—

Ryusei hizo una larga pausa, en el que ambos permanecieron en absoluto silencio.

—Eso significa que tendríamos que estar lejos el uno de el otro ¿verdad?—

—Solo será una temporada, Satou, seguiremos juntos ¿no es así?—pregunto la chica apenada, tal vez no debió habérselo dicho.

—Seguro—intentó sonreír, pero parecía más una mueca de dolor.

—Te prometo que si me aceptan en el programa te llamaré todos los días y vendré a visitarte siempre que tengamos vacaciones—dijo la fémina intentando animarle, pero no parecía funcionar.

—¿Y si conoces a alguien más?—

—Yo jamás te dejaría por nadie más, Ryusei Satou, estoy enamorada de ti—dijo apenada.

—Te creo—dijo con una sonrisa—Yo también estoy enamorado de ti—

La chica se levantó del columpio y extendió los brazos para que su novio le abrazara, este corrió hacia ella como si fuese un niño pequeño. Apenas la chica dejó de verle se le desvaneció la sonrisa y se aferró fuertemente a ella, le aterraba el hecho de pensar que por primera vez en mucho tiempo no estaba solo, e iba a perder a su única compañía (fuera de los chicos).

Pero sabía que era inevitable el que fuera a marcharse,  no era seguro, pero lo presentía, y sabía que cuando se marchara iba a doler demasiado, así que comenzaba adelantarse a tomar una decisión, por muy precipitado que fuera.

Pero por ahora solo haría una cosa; disfrutar del tiempo que les quedará juntos.

El lunes de la siguiente semana Hayashi recibió una carta del programa haciéndole saber que había sido aceptada, apenas terminó de leerla se levantó y comenzó a dar saltos de felicidad. Ahora se venía lo difícil ¿Cómo iba a decírselo a Ryusei y sus padres? No tenía idea.