*ೃ༄ ── En los remotos Reinos de Poniente, la joven y audaz Alyssa Targaryen cabalga hacia su destino, a lomos de su poderoso dragón, Dracarax. Su corazón late con emoción ante el futuro, pero también con temor ante la oscuridad que se cierne sobre...
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The wooden sword
— Tal vez, no soy tan bueno con la espada — Maegor tomo asiento.
— ¿Por qué lo dices? Te he visto pelear y no lo haces mal. — Rhaena lo miro con curiosidad.
Maegor suspiró, era cierto que no era un mal peleador, pero no era tan bueno como su hermano.
— Mi hermano es mucho mejor que yo, es rápido y fuerte. No lucho con la misma fuerza que él.
Rhaegar tenía una agresividad en su lucha que Maegor carecía. Su hermano era más decidido, peleaba con una ferocidad y determinación que él menor de los principes simplemente no sentía.
— Por mucho que me esfuerce no soy como él, soy más tranquilo — Maegor se sentía inseguro, no sabía qué clase de luchador podía ser.
— No debes sentirte así, Sobrino — Rhaena tomo su mano — tal vez no eres bueno para la lucha pero debes ser bueno para otra cosa.
Ambos se habían vuelto muy cercanos, Rhaena tenía la edad de su hermana Aelys. Maegor no sentía algún tipo de atracción por su tía, ella era una amiga para él, podía hablar de sus cosas con ella y ella hablaba con él de cuánto extrañaba antigua
— No se para que mi Madre ha dicho que vuelva aquí — Rhaena se sentía frustrada — desde que he llegado lo único que ha hecho es ignorame.
Alicent había pedido a Otto traer de regreso a Rhaena, pero cuando la vió por primera vez en mucho tiempo algo dentro de ella la paralizó. ¿Acaso esa joven era la misma que la pequeña niña que había dejado en Antigua? Si lo era, pero ya no una niña sino una mujer.
— He escuchado que quiere casarme con un Lannister — Rhaena suspiro con tristeza.
— Lo único que logrará es que la odies— Maegor miraba a su tía — Haremos algo para solucionar esto.
Por otro lado del castillo, se encontraba Alyssa con la mente en sus preocupaciones. Ella estaba en camino a la habitación de su esposo quien no había visto hace algunos días. Está iba a hablar con él de sus hijos.
— Visenya quiere aprender a luchar — está respondió mientras entraba a la habitación.
— He escuchado un rumor de aquello - respondió Aemond sin levantar la mirada de la carta que estaba escribiendo. Su rostro estaba serio y la mano se movía con rapidez. - Pero no entiendo qué es lo que ha cambiado. Visenya jamás mostró interés por las armas antes. ¿Qué ha ocurrido?
Alyssa tomó un profundo suspiro y se sentó junto a Aemond. Ella sabía que su esposo no estaba tan involucrados con sus hijos, los quería pero no les daba la atención que quisiera.
— Aemond, ella siempre ha mostrado interes por aquello.
Aemond levantó la mirada a su esposa, pero este no dijo nada. Alyssa sintió un nudo en la garganta al ver el rostro de su esposo. Se notaba que estaba inquieto, pero trataba de disimularlo.
