*ೃ༄ ── En los remotos Reinos de Poniente, la joven y audaz Alyssa Targaryen cabalga hacia su destino, a lomos de su poderoso dragón, Dracarax. Su corazón late con emoción ante el futuro, pero también con temor ante la oscuridad que se cierne sobre...
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Hace unos nueve años la danza de dragones había comenzado. Su abuelo murió por causas naturales debido a su enfermedad. Esa misma noche la reina no quería que nadie supiera su muerte pero los rumores comenzaban a esparcirse como el polvo, esa noche Alyssa temió por su vida y la de sus pequeños bebés.
Rhaegar su primer hijo tan solo tenía nueve años, y su pequeña princesa Aelys de tan solo ocho años, ambos eran muy jóvenes pero sabían lo que sucedía, a pesar de todo Alyssa no permitió que nada le sucediera ella tenía que hacer lo que sea para proteger a su sangre.
Cuando fue encarcelada por su tío Aegon en las catacumbas junto a los sirvientes y damas de compañía, allí estaban las personas que se opinan al reclamo de Aegon, y sabían que Alyssa sería un obstáculo. Aemond se enteró de aquello y muy furioso fue a sacarla de ahí pero no creerán que fue tan fácil, Otto Hightower se opuso a la liberación de la princesa, pero no importó porque Aemond se adelantó y liberó a Alyssa junto a sus hijos, quienes estaban asustados.
La princesa tuvo que jurar lealtad a su tío, se inclino ante él y juro por Aegon. Algo que no quería hacer, pero ella sabía que si no lo hacía sus hijos morirían.
Rhaenyra cuando se enteró de que su hija había jurado lealtad a su tío se sintió traicionada, su hija todo lo que había hecho por ella juro lealtad al enemigo. Alyssa los había traicionado, y ella no era la única quien estaba enojada sino sus hermanos quienes le escribieron una carta diciendo que para ellos no tenían hermana y estaba muerta.
Alyssa con un nudo en la garganta quemó aquello y jamás se lo había contado a nadie, Agnes era la única que podía confiar en todo el castillo su dulce dama de compañía...
La princesa saco de su mente aquellos recuerdos que tanto la abrumaba. Sabía porque lo había hecho.
Ahora se encontraba caminando por los pasillos de la Fortaleza Roja, sus pies golpeando el suelo de piedra como si fuera un tambor militar. Sus pensamientos corrían a toda velocidad, y no podía evitar sentir una mezcla de temor y rabia.
Los pasillos estaban vacíos, salvo por unas cuantas sombras que pasaban por las ventanas de cristal esmerilado. Cada paso que daba hacia la sala del consejo parecía más pesado que el anterior, como si cada segundo estuviera acercándola más al abismo.
El guardia que estaba allí abrió la puerta y anuncio la llegada de la princesa, ella se disculpo por llegar tarde y comenzaron aquella reunión.
Alyssa no estaba prestando atención a la conversación, algo se estaba guardando para ella y Alicent lo pudo notar.
— Alyssa ¿Tienes algo que decir? — pregunto mientras la miraba con curiosidad.
Todos los de aquella salada miraban a la princesa.
— Tengo información de la princesa Rhaenyra — aquello lo dijo con firmeza y un tono duro —. Se que esta buscando aliados por Essos, la casa Stark ahora son sus aliados. Debemos hacer algo y pronto, si Larrys Strong toma Harrenhal ahora tendremos la alianza de los Strong y debemos hacerlo rápido o sino Rhaenyra ganará la guerra.
