Domingo

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Me desperté y de inmediato un olor a café me invadió. Me senté, me froté los ojos, me vestí  y me dispuse a levantarme para ir a la cocina cuando... Me caí.

Oí a Fargan venir corriendo y abrir la puerta para verme en el suelo.

-Princesa -me dijo y se agachó para ayudarme a levantarme. -¿Puedes andar?

-Puedo andar, Fargan, no te preocupes.

Di otro paso y me fallaron las piernas mientras que el dolor era bastante presente en mi pelvis. Fargan me agarró para que no me callera.

-¿Qué vas a poder andar si pareces un potro recién nacido? Ven, déjame ayudarte.

Me cargó en sus brazos a lo nupcial y me llevó hasta la cocina. Allí me sentó en una silla y me sirvió un poco del desayuno que había preparado.

-Oye...¿Me traes mi teléfono, por favor?

-Claro

Me dió mi teléfono y le escribí a Juanito para que viniera a por mí, me dijo que tardaría bastante rato, como más de una hora. Desayuné y tocaron al timbre. Fargan fue a abrir, pero yo no alcanzaba a ver quién era.

-Buenos días, ¿Qué desea?

-¿Está aquí T/N? -dijo una voz muy reconocible.

-¿Juanito? Pensé que ibas a tardar más.

-No, al final llegué más rápido de lo previsto. - dijo llegando hasta mi lado.- ¿Nos vamos?

-Sip - ya me sentía mejor, por lo que me levanté y di un paso con duda. Al ver que no me caí me dispuse a caminar hasta la puerta, pero nada más dar otro paso me caí, a lo que Fargan reaccionó rápido y me agarró antes de que me callera. De nuevo.

-Perdón por dejarte así ayer, preciosa. -me dijo al oído.

-Me parece un pago justo por lo bien que lo pasé- le respondí en voz baja.

Juan se acercó a mí

-¿Te ves con la capacidad de hacer el koala?

Yo solo asentí con la cabeza y pasé mis dos brazos por su cuello y enredé mis piernas en su cintura para no caerme. Él puso las manos en mi espalda baja como apoyo para que no tuviera que hacer tanta fuerza y así me llevó al coche. De lejos pude ver a Fargan, estaba... ¿molesto?

Juanito me dejó dentro del coche y me llevó hasta mi casa. Me dejó en el sofá y me acercó todas mis cosas de medicina en la mesilla del salón.

-Gracias Sebas -le di un beso en la mejilla

-Tu puta madre -sonrió y me dió un abrazo.

Ya se iba a ir cuando le paré.

-Juanito -llamé su atención. Él sólo se giró y me miró. -¿Puedes quedarte? Me vendría bien que hoy cuidaras de mí -señalé mis piernas.

-Claro. Pero entiende que no me voy a quedar viendo cómo observas informes raros que no entiendo, así que voy a la cocina a hacer la comida.

-No Juan, nos vamos por ahí a comer. Eso sí, invita tú con toda la pasta que te di ayer.

-Cierto, ah y toma, tus 20 euros, por lo de Fargan.- dijo sonriendo - Y ahora me vas a contar cómo te dejó así.

Yo se lo conté mientras revisaba los informes de mi trabajo, haciendo que de vez en cuando me sacara una sonrisa el recuerdo. Luego le conté lo del viernes y luego el me contó lo de Ari. Cuando terminé de ver los informes jugamos a la play y Juan llamó para que nos trajeran la comida a casa. Comimos mientras seguíamos hablando y echamos unas partidas online con otros amigos al GTA 5 y para la cena Juanito se ofreció a llevarme a su casa a cenar y que me quedara allí a dormir y mañana me acercaba él a mí trabajo.Y así fue, no dormimos juntos ni cosas raras, no penséis así.

¿Existe el amor? (TortillaLand Edition)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora