¿Están juntos?

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Es gracioso que nada fuera lo que parecía. El universo tenía su propio plan y aún así como idiotas, creíamos que podíamos intervenir. Ahora entiendo, en verdad no sabíamos nada sobre el amor.

Ha pasado un rato cuando por fin ven una camioneta detenerse en la casa de Flora, Musa corre a apagar la luz y Riven se acerca a la ventana.

—Son ellos— le dice.

—No seas un idiota, no dejes que se vaya sola.

Ambos lo observan bajarse los dos, pero a Riven deja de interesarle Flora, sus ojos están clavados en Musa.

—Debería hacer algo antes de que sea tarde— le dice Riven.

—¡Cállate! ¡Me va a dar un infarto!— Helia se queda unos segundos en la puerta antes de seguirla adentro —¡Si!— las luces de la casa de Flora se encienden enseguida —¡Vamos besala! ¡Es la primera vez que están solos! No puedes no hacer nada.

—Lo hará— dice Riven sin dejar de observar a Musa que había estado mirando la ventana durante 15 minutos —Creo que lo conseguimos, ya pasó un rato, no van a salir.

—Si, tienes razón— ven a Flora acercarse a cerrar las cortinas y musa de brincos de felicidad —¡Lo conseguimos! ¡Lo conseguimos!

Cegada por su emoción se lanza sobre Riven en un abrazo, pero después de unos segundos se siente demasiado íntimo, demasiado personal, Riven separa un poco la cara observándola y le parece la persona más increíble que ha visto nunca.

—¡Flora!— interrumpe volviendo la cabeza a la ventana —Veamos que hacen.

Pero Riven tiene una idea en mente, una que le da vueltas y vueltas desde hacia horas.

—Nuestra misión terminó— le dice Riven y Musa sigue sin mirarlo.

—No deberías decirlo con tanta seguridad.

—¿Qué es el amor?— pregunta por fin recordando como Stella había intentado explicarles que el sexo no era todo —Si duermen juntos, ¿Ya es un hecho?

—Uno quisiera tocar a la persona que ama— responde Musa en voz baja.

—¿Acostarse?

—No lo llames así, ustedes son todos iguales, siempre lo ven como un deporte, siempre buscan eso y ya, pero hacer el amor no es eso, es ver el alma del otro al estar desnudos.

—Entonces, ¿Estás de acuerdo en que no se trata solo de sexo?

—Asi es— dice Musa girando la cabeza hacia él y se percata que tiene a Riven muy cerca de su cara.

Riven intenta acabar con ese espacio y Musa parece hechizada porque tampoco se aleja, ni tiene ganas de salir huyendo, ¿Que se sentiría?¿Qué sería?

Y cuando menos puede pensarlo, es ella la que se acerca a besarlo, es ella la que profundiza el beso, pero también es ella la que muerde su labio con fuerza alejándose de él.

—Vete— le dice una vez que ha encendido la luz y observando que le ha roto el labio.

—¿Irme?

—Si vete, yo les avisaré que ocurre con Flora— responde con rapidez mientras Riven parpadea confundido.

—¿Les avisaré?— repite.

—Por favor vete, mis padres llegarán pronto y pensaran algo que no es— responde frustrada.

—Si, claro que no se hagan ideas que no son— sale de ahí tan rápido como puede, muy molesto.

Camina por las calles tan molesto como puede, tan horriblemente irritado que cuando llega a su casa y escucha voces ajenas a su padre y su madre simplemente intenta pasar de largo.

Amor 101Donde viven las historias. Descúbrelo ahora