De confecciones y corazones

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La puerta se abrió dejando ver a un Brandon ojeroso que dejaba su medicina en la mesa para ir a servirle comida a su abuelo, se sentía como si lo hubiera aplastado un autobús, su cabeza aún dolía luego del golpe que se metió al desmayarse, pero por lo menos le habían dado el medicamento sin necesidad de que fueran sus padres, observó a su abuelo unos segundos mientras comía y a escondidas le daba pequeños pedazos de su comida a su perico que siempre le estaba haciendo compañía.

Brandon se dió media vuelta para seguir haciendo lo que tenía que hacer, metió la ropa a lavar mientras pensaba en lo horrible que debía oler su ropa en este momento, así que se sacó la camiseta que llevaba puesta para arrojarla a la lavadora, el frío le calo los huesos igual que el cansancio, así que solo pudo deslizarse por la pared del cuarto de lavado dejándose caer sobre la pila de ropa limpia que tenía que doblar.

El timbre de su casa sonó dos veces y abrió los ojos cuando sonó la tercera vez, se colocó la primer camiseta que vio en el montón en el que estaba acostado y se levantó del suelo con pereza, cuando llegó a la puerta y la abrió lo primero que vio fue una cabellera rubia con mucha energía.

—Obvio te enfermaste, te dije que pasaría— le dijo hablando muy rápido —Pero mira lo que te traje, te cuidaremos ¿De acuerdo?— la rubia le sonrió mientras le enseñaba una cesta que dentro tenía comida, té y por supuesto vitaminas .

Brandon no dijo ni una palabra, simplemente se movió para dejarla entrar.

Le daba vueltas a su comida sin entender que era lo que había hecho para que ella lo tratara bien, si era sincero consigo mismo no era alguien agradable y específicamente con ella había actuado como un idiota, la observó de reojo mientras la rubia miraba fijamente un cuadro colgado en su pared.

—Es un cuadro muy bonito— dijo por fin Stella luego de aguantar mucho tiempo en silencio, porque sabía que a él le gustaba la soledad, Brandon observó el cuadro que ella miraba, era de dos ancianos, el anciano se inclinaba sobre la anciana mientras ella lo abrazaba —Hace que te sientas... No sé... Raro— Brandon lo observó en silencio intentando buscar esa misma sensación y cuando estaba por sentir algo la voz de Stella lo volvió a sacar de su ensoñación —Tienes que acabarte eso— le dijo señalando su plato —Y luego las vitaminas— Brandon aparto la mirada de ella con cansancio —¿Puedes dejar de actuar como un niño?— el castaño removió su comida sin decir nada —Por cierto, no te vas a creer lo que te voy a contar— le dijo entusiasmada.

Brandon volvió a mirarla, los rayos de sol hacían ver si cabello aún más rubio de lo que era —¿Encontraste un nuevo gato en tu casa?— pregunto despacio.

—Búrlate todo lo que quieras— le dijo borrando el entusiasmo y hundiéndose en su silla —Flora se comprometió.

Brandon se sorprendió a si mismo de que le diera igual la noticia —¿En serio?

—Estan comprometidos, se van a casar pronto— la rubia soltó un suspiro profundo —Estamos perdidos.

—Pero a ti no te van a expulsar, no tienes que alterarte— tal vez el tono que uso fue mucho más hosco de lo que el castaño esperaba.

La rubia aparto la mirada sintiéndose ofendida como si fuera obvio que Brandon quisiera apartarla.

—No tienes que comportarte así, Brandon— el tono de la rubia era demasiado seco para tratarse de ella.

—¿Así como?— dijo él en voz suave, demasiado suave para tratarse del él.

—Así— le dijo más fuerte —Puedes decírmelo, de todos modos me doy cuenta— la mirada de Brandon era realmente confundida sin perder detalle de lo que pudiera decir ella.

Amor 101Donde viven las historias. Descúbrelo ahora