¡¿Convertirte en Jennie King?!

Rose Gold ☆

La mansión de Rose era un vasto laberinto de habitaciones majestuosas y pasillos imponentes, pero había un rincón especial que guardaba como su más preciado secreto. En el último piso, detrás de una puerta en apariencia ordinaria, se encontraba su santuario personal: un estudio de música oculto. Ese lugar estaba tapizado de posters de bandas legendarias y equipado con instrumentos musicales de alta gama. El centro de atención indiscutible era su guitarra eléctrica, una belleza negra brillante que esperaba ser tocada.

Rose se sentó en una silla de cuero frente a un amplificador, con su guitarra eléctrica en sus manos. Miró el mástil de la guitarra con determinación antes de enchufarla al amplificador y ajustar los controles. Sabía que era el momento adecuado para tocar esa canción, una que siempre la había conmovido profundamente: "I Wanna Be Yours" de Arctic Monkeys.

Desde que era una niña, Rose había sentido una fuerte atracción hacia la música y, en particular, hacia la guitarra eléctrica. Su primera experiencia con una guitarra eléctrica fue inolvidable. Había sido con un amigo de su padre, un músico apasionado que solía visitar la mansión. La primera canción que él le enseñó a tocar fue precisamente "I Wanna Be Yours". Rose recordaba claramente aquella tarde en la que, con paciencia y dedicación, su amigo le mostró los acordes y las notas clave. Desde entonces, la canción se convirtió en su favorita y en un recordatorio de su amor por la música. 

Al principio, Rose se sintió tímida y nerviosa, pero a medida que comenzó a tocar, descubrió que la música fluía naturalmente a través de ella. Los dedos se movían sobre el mástil de la guitarra con facilidad, como si hubieran encontrado su hogar. El amigo de su padre la escuchó tocar y quedó asombrado por su talento.

"Rose, eres increíble", le dijo con una sonrisa. "Si sigues así, podrías llegar lejos en el mundo de la música. Tienes un talento natural."

Aquellas palabras resonaron en el corazón de Rose y se convirtieron en una chispa que encendió su pasión por la guitarra eléctrica. Aunque sus padres no compartían su entusiasmo y la presionaban para que siguiera una carrera empresarial, Rose nunca dejó de tocar en secreto en su estudio de música oculto.

En ese momento, sus padres estaban fuera en un viaje empresarial, lo que le daba a Rose la libertad de explorar su pasión sin restricciones.

Con un movimiento seguro, Rose comenzó a tocar los primeros acordes de "I Wanna Be Yours", llenando la habitación con el suave zumbido de la guitarra eléctrica. Cerró los ojos y se dejó llevar por la música, su cuerpo y alma completamente inmersos en la canción. Cada nota que salía de sus dedos era una expresión de pasión y emoción.

El sonido de la guitarra eléctrica llenaba la habitación, creando un espacio en el que se podía sentir la melancolía y el deseo de la canción. Rose cantaba suavemente las letras, su voz llenando la habitación con un tono melódico que hacía eco en las paredes.

A medida que la canción llegaba a su clímax, Rose tocaba con una intensidad apasionada, sus dedos volando sobre el mástil de la guitarra. La música fluía a través de ella, transportándola a un lugar donde solo existía ella y su guitarra.

La canción seguía, y Rose se dejaba llevar por cada acorde y cada palabra. Las notas llenaban la habitación y su alma se sumía en la música. Era su forma de liberar sus emociones y expresar lo que no podía decir con palabras.

El amplificador vibraba con la potencia de la música, y Rose se perdía en el mundo que había creado con su guitarra. Era un momento mágico en el que el tiempo se detenía y solo existía la música y su pasión.

Finalmente, cuando la última nota se desvaneció en el aire, Rose abrió los ojos y sonrió. Sabía que la música tenía el poder de expresar lo que las palabras no podían, y en ese momento, se sentía completamente viva. Con cuidado, apagó su amplificador y dejó la guitarra en su soporte, sabiendo que siempre podría volver a ella cuando necesitara expresar sus emociones a través de la música. Su pasión por la guitarra eléctrica era una parte fundamental de quién era, y estaba decidida a perseguirla, independientemente de las expectativas de sus padres.